IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Narrar

Un texto narrativo contado a través de un sujeto narrador se denomina diégesis. En oposición a la mímesis, cuya función consiste en reproducir la realidad, la diégesis propone un mundo verosímil que nos es ofrecido desde la visión del que narra. Si en la Panoramika anterior introducíamos, mediante el sujeto posmoderno, la variación del enfoque temático del arte hacia la subjetividad, en esta ocasión, acentuamos de nuevo la óptica desde la que se presenta el discurso como motor de las siguientes propuestas expositivas. Aunque el punto de partida de ambas es la realidad (social o visual), abandonan la mera analogía para mostrar una interpretación del mundo que aparece como un desafío ante nuestras miradas.

Última oportunidad hoy, día 13 de marzo, para acercarse a la Sala de Armas de La Ciudadela de Iruñea a la tercera fase de “El teorema de Maslow”, subtitulado en esta ocasión como “Die Sache Selbst (La cosa real)”. Tras pasar en sus ediciones anteriores por una fábrica abandonada o la galería Sicart en Catalunya, este proyecto, coordinado por el nombre colectivo Maslow Industries, aporta a su vez una serie de material en forma de publicación electrónica que complementa la propuesta expositiva. Para esta ocasión, serán Fermín Díez de Ulzurrun, Hélène Duboc y MawatreS el tridente encargado del contenido expositivo, mientras que otras propuestas (Elisa Arteta, Igor Rezola, Peio Izcue, Nora Aurrekoetexea y Laura Ruíz, entre otras personas) aparecen como contenido de la publicación.

La pirámide de Maslow o jerarquía de las necesidades humanas marca este proyecto en proceso, que en esta etapa nos invita a cuestionar «lo real» en nuestro entorno vital. El papel del arte como catalizador de cuestionamientos internos adquiere en esta ocasión un doble sentido en tanto en cuanto nos interpela como público, pero sacude el propio rol de la creación artística como actor político. Este cuestionamiento en dos direcciones es lo que dota al proyecto de un grandísimo interés y de una vigencia absoluta.

Desde otro plano diferente, el punto de vista aparecerá de forma muy marcada en la exposición que se clausura hoy en la Sala Amárika de Gasteiz: “Horizonte Infinito”, del fotógrafo Luis Vioque (Madrid, 1966). Una serie de fotografías en las que la línea del horizonte se erige como punto de partida sobre la que una colección de sugerentes paisajes componen una muestra coherente y bien construida. Ya desde la disposición de las piezas en la propia sala, una horizontalidad perfecta inunda el espacio de una tremenda quietud. En una observación más cercana, descubrimos trabajos que, a pesar de una aparente delicadeza, se muestran fuertes y rotundos. Los paisajes (que a veces parecen formar uno solo) adquieren un protagonismo aún mayor en las ocasiones en las que aparecen pequeñas siluetas humanas. La presencia plástica del grano del revelado se llega a confundir con acabados de dibujo, elevando el disfrute de la acertada muestra de Vioque a niveles que superan la mera observación.