TERESA MOLERES
SORBURUA

Belleza efímera

E n Japón la primavera es siempre espectacular y el momento de la floración de los cerezos Prunus serrulata “Kwanzan”, con sus flores rosadas agrupadas en ramas colgantes, es un acontecimiento festivo tradicional esperado por sus habitantes con expectación casi religiosa. Más de 600 variedades de cerezos abren sus flores, formando nubes de colores en tonos pastel por los jardines y templos de aquel país. Aquí, en los parques de reciente creación, hemos podido disfrutar de la floración de prunos, cerezos y manzanos ornamentales.

En el campo han sido los frutales los que han mostrado todo el esplendor de su floración. Cerezos, ciruelos, melocotones, manzanos, peras y membrillos. Y nos hemos inquietado por unas flores bellas y frágiles, que unas heladas tardías pueden estropear. Hemos vigilado el termómetro, que no debe bajar de los 10 grados, para que los insectos libadores, abejas y mariposas puedan realizar su trabajo, polinizar, y con su ayuda producir frutos. Además, la aprensión crece por los frutales plantados hace dos años, que ya tienen las flores que anuncian la primera cosecha, si la meteorología ayuda.

Los cerezos comienzan con la primavera su abundante floración rosada. Las flores de ciruelo aparecen en ramos blancos. La floración compacta de los perales se agrupa como bolas de nieve. La del membrillo, que aparece cuando las hojas están formadas, es rosa y blanca, una de las más atractivas en esta época del año. El manzano con flores que salen de las ramas desnudas y cubren el árbol de un blanco rosado.

La floración caracteriza la primavera. Pronto la riqueza de los frutos marcará el verano y el otoño. Sin embargo, en un espacio o jardín de tamaño reducido, nos tendremos que conformar con variedades ornamentales cultivadas solo por su floración y follaje. Como el manzano M. transitoria, y algún exótico como el membrillo de China.

Una solución para cultivar frutales en un lugar pequeño es podarlos en empalizada a lo largo de un muro. En el muro situado al frescor del norte, el manzano M. pumila encontrará su lugar. La posición sur con reverberación del calor será propicia para el melocotonero y el albaricoque, cuidando que no sean vecinos para que no se trasmitan enfermedades como el cloque.