Los premios Egurtek se reparten meses antes de la celebración del encuentro homónimo, que se viene celebrando en el BEC de Barakaldo desde hace ya cuatro años. Los galardones distinguen obras que tengan como objeto principal de construcción la madera, siendo como es una iniciativa creada para potenciar el sector maderero vasco. Aunque la obra que tenemos entre manos no haya sido una de las premiadas en las distintas categorías que la componen, su análisis nos puede dar unas claves para reflexionar sobre el papel de la arquitectura en la rehabilitación del patrimonio construido.

El estudio Lagula Arquitectes, en colaboración con el arquitecto navarro José Ahedo, firman la casa NKO, nombre con el que han bautizado la rehabilitación en el mismo centro de Tutera llevada a cabo en 2014. Es posible que muchos tudelanos y tudelanas conozcan la casa, pero no hayan sido conscientes del delicado trabajo de arquitectura e interiorismo que ha sucedido dentro.

La vivienda, que se distribuye en tres plantas, utiliza una estrategia que ya hemos visto en otras obras que intervienen en el patrimonio construido, como la magnífica Casa Luz de Arquitectura G. Se decide que el programa de necesidades puede reducirse un poco, introduciéndose dentro del inmueble un patio, que servirá como elemento de relación entre los pisos, a la par que incluyeron un arce que crecerá, como si de una metáfora de la propia vida se tratara.

Esa estrategia desmonta un paradigma y una diferencia fundamental que separa la arquitectura de las grandes urbes de la arquitectura de las pequeñas capitales y pueblos: el espacio. Cuando un habitante de un pueblo comprueba la estrechez de los metros cuadrados de las viviendas capitalinas, no puede sino compadecer a sus habitantes. A la contra, cuando los urbanitas salen del cinturón amurallado de las ciudades, apenas pueden comprender para qué se necesitan, por ejemplo, tres salones en una vivienda.

¿Qué pasa cuando se quiere rehabilitar, pero la rehabilitación total sale demasiado cara? Al hacer un presupuesto de obra, lo verdaderamente aterrador no son los precios por metro cuadrado, sino la cantidad de metros a cubrir. El hecho de «vaciar» el edificio mediante un patio puede ser una manera de abaratar la obra, haciendo un análisis de las verdaderas prioridades del edificio. El resultado, como se puede comprobar en las fotografías, es un edificio más vivo, relacionado consigo mismo, y capaz de trabajar en una escala tanto pequeña –la de la persona con el piso en la que se encuentra–, como en una escala mayor –el edificio en sí mismo, o el edificio y el exterior–.

Aunque pueda parecer raro escuchar el tema económico en un análisis de arquitectura –no son pocos arquitectos a los que se ha oído eso de «no hablo de dinero» –, lo cierto es que suele ser algo fundamental, y la buena arquitectura normalmente lo es gracias a un sistema que es, para el efecto y la función deseada, lo más barato posible. Los catalanes Laguna Arquitectes han trabajado este concepto de low chic, un uso povero de materiales poco usuales, combinado con acabados más lujosos, todo ello para crear espacios de calidad. Lo vimos en la casa Bitxo, donde cerraban enteramente una de las fachadas con un tabique palomero de ladrillo macizo, o en los vestuarios Betsaida.

La aparente simplicidad de los acabados –baldosín cerámico, baldosa esmaltada, celosías de hormigón– contrasta, y mucho, cuando se analiza la complejidad de las plantas dibujadas. En el caso de Tutera, una diagonal cruza el cuerpo principal del edificio, colocando la escalera girada a 45º sobre el volumen.

Este tipo de arquitectura requiere un control de obra brutal, y se aleja de esa idea del arquitecto como una persona que «va de vez en cuando a obra».

Aunque cierto en algunos casos, no hay como pasearse por obras como esta para ver que el diseño ha sido pensado y repensado, no ha habido miedo a salirse de lo establecido y se ha sabido innovar. Todo ello, que quede claro, a costa de horas y horas de trabajo en tablero de dibujo y obra. Y, lógicamente, con un cliente que confíe y aprecie este trabajo.

La estrategia de la casa NKO se basa en algo tan sencillo como pensar las cosas antes de hacerlas, valorar la calidad del espacio y no la cantidad, y cuidar los detalles para que estos nos puedan dar una escala humana.