TERESA MOLERES
SORBURUA

Vuelta de vacaciones

De vuelta de un viaje de quince días me he encontrado mis plantas de tiesto bastante bien, excepto al arce japonés Arce Palmatum Katsura, que tiene sus hojas y raíces marchitas por exceso de agua debido a un error de principiante: el cubretiesto de plástico se anegó con el agua de lluvia y, como tenía el agujero de salida obstruido, no permitió el desagüe del agua. El resto de las plantas han disfrutado de humedad suficiente porque, como en años anteriores, las dejé con unos conos de barro hincados en la tierra cerca de las raíces que las mantienen húmedas por medio de unas prolongaciones o cordones que absorben agua de unas bolsas de plástico. En las plantas de interior, este año he probado las bolitas de hidrogel inflables y ha resultado bien: las plantas lucen con verdes vivos y hojas nuevas.

Para mantener los arces japoneses bien cuidados, estos necesitan humedad pero no hay que encharcarlos, porque les gustan los suelos bien drenados y frescos, con un pH máximo de 6,5 ó 7. No les gustan los suelos muy ricos, porque los debilitan, tampoco los compactos ni los vientos desecantes que les hacen más daño que un sol intenso. También hay que evitar lugares muy soleados, como terrazas al sur. En tiesto agradecen la tierra universal, un cambio de tiestos cada 4 ó 5 años y cortar un tercio sus raíces. Hacia el 15 de marzo es conveniente podarles las ramas, antes que las yemas salgan, para darles impulso. Y necesitan riegos frecuentes en verano.

Con todo lo dicho, parece que los arces japoneses son frágiles. Sin embargo, entre la extensa variedad con la que contamos nos podemos encontrar con diversas clases. Para comenzar, es mejor comprar un ejemplar a partir de los tres años, que sean leñosos y fuertes. Y para que sus raíces busquen agua en profundidad, no los regaremos mucho; así aprenderán a arreglárselas solos. Para tiestos o rocalla algunos arces se nanifican y pueden convertirse en bonsáis, como las clases Katsura y Kamagata.

En paisajismo, los arces se asocian con otros arbustos con las mismas necesidades de cultivo: rododendros, azaleas y osmantus. Juntos forman un precioso cuadro de colores en varios tonos.