TERESA MOLERES
SORBURUA

El frío y las plantas

La rusticidad de una planta está determinada por la temperatura mínima a la que puede sobrevivir además del viento y la humedad, dos factores añadidos. El viento es dañino sobre todo para las persistentes; por lo que a las perennes hay que envolverlas en tela de invierno o con mallas corta viento en el balcón. La humedad es más difícil de gestionar por su relación directa con el aire: a menor viento, la humedad aumenta y a más viento, más seco está el ambiente. Un suelo empapado de agua combinado con temperaturas bajas puede resultar fatal para el sistema radicular; por el contrario, la planta sobrevivirá con las mismas temperaturas pero en un suelo bien drenado.

La resistencia de las plantas varía en función de su situación. Una fachada orientada al sur y abrigada del viento del norte tiene de 2 a 4°C más que otra cercana menos protegida. Por eso es conveniente juntar todos los tiestos en el lugar soleado. La tierra mezclada o con una capa de piedras protege yucas y cactus, que no sobrevirían en tierra normal arcillosa. A estas especies hay que preservarlas de la lluvia y cubrirlas dejando agujeros para la ventilación.

He comprobado que ocurre a veces cuando a alguna planta le cambias de sitio. Tengo un formio de hojas rosadas, verdes y blancas en una ventana, pero con los últimos fríos lo trasladé al interior donde un virus ha estropeado los extremos de sus hojas. Mejor que se haga resistente en el exterior. Los jardineros acaban siendo meteorólogos aficionados.

Las plantas, sobre todo las frioleras en tiesto, sufren más que las plantadas en plena tierra porque el frío entra por las paredes del recipiente. Por eso se recomienda envolver el tiesto con material aislante y luego colocarlo en uno más grande. Las buganvillas soportan el descenso de temperatura durante periodos cortos; si están en tiesto hay que envolverlas y buscarles un espacio protegido. Las camelias no aprecian ni el frío intenso ni el calor de la casa, así que lo ideal es ponerlas en un rincón luminoso y sin calefacción.

Los jazmines y falsos jazmines son rústicos y van bien en tiesto, a -3°C y recubiertos con plástico de bolas. Las begonias y alegrías de la casa son frioleras por lo que más vale plantar esquejes en agua para conservarlas. Olivos e higueras son rústicos, pierden hojas pero no mueren y necesitan suelos pobres sin demasiada agua para resistir el frío.