MIKEL INSAUSTI
CINE

«A Rainy Day in New York»

Mientras Woody Allen siga rodando películas las seguiremos comentando, se estrenen o no, porque ha sido un verdadero placer poder acompañarle a lo largo de su carrera, película a película, desde que empezó a ser considerado como un autor cinematográfico, tras sus inicios humorísticos. Y espero retirarme de mi profesión de crítico antes de que él lo haga de la suya de cineasta.

Pero seamos realistas, en este preciso momento la coyuntura está en su contra, y no parece que vaya a poder realizar más películas, al menos en Hollywood. Le queda, eso sí, tal como ya sucediera en un pasado reciente, la posibilidad del exilio europeo. Javier Bardem ya se ha ofrecido públicamente a apoyarle, lo que quiere decir que el productor e independentista catalán Jaume Roures mantiene en pie su oferta de trabajar con el maestro neoyorquino.

El viejo continente volverá a recibirle, de hecho, con los brazos abiertos con motivo de su gira veraniega tocando el clarinete con The Eddy Davis New Orleans Jazz Band, la cual recalará en Bilbo el día 16 de junio para el concierto que van a ofrecer en el Palacio Euskalduna, y para el que se anuncia un repertorio abierto donde no faltarán temas de Sidney Bechet, George Lewis, Johnny Dodds, Jimmie Noone y, cómo no, Louis Armstrong.

El de este 2019 será el primer verano en el cual Woody Allen no rueda su acostumbrado largometraje anual, pero tampoco se va a quedar en su casa sin nada que hacer. El hombre prefiere permanecer en activo, y está en su perfecto derecho. Es una manera de decir que a sus 83 años no se quiere jubilar, sino que le quieren retirar a la fuerza.

La demanda que el cineasta ha presentado contra Amazon así lo da a entender, porque ambas partes tenían firmado un contrato que todavía no ha expirado. Hasta la fecha, Allen había estrenado con la compañía multinacional la serie de televisión “Crisis in Six Scenes” (2016) y los largometrajes “Café Society” (2016) y “Wonder Wheel” (2017). En el pasado otoño del 2018 era el turno de su última realización, “A Rainy Day in New York”, pero aunque la terminó y entregó hace más de seis meses se ha quedado sin distribuir, porque en Amazon prefieren perder los 25 millones de dólares invertidos y cuidar su imagen de marca. Ni qué decir que los proyectos pendientes quedan suspendidos y sin efecto.

La situación legal del señor Allen es exactamente la misma a día de hoy que cuando Amazon requirió sus servicios, pero lo que ha cambiado es la presión ejercida por el movimiento #MeToo, y que ha estado justificada en otros casos en los que había más de una denuncia y sentencias en firme de por medio. Aquí solamente hay la palabra del clan Farrow contra la del acusado, a todas luces insuficiente para iniciar una caza de brujas contra su persona que ni en tiempos del senador McCarthy.

Las redes sociales y los tabloides ejercen actualmente una censura en los EEUU sin precedentes históricos, hasta el punto de poder acabar con la carrera de uno de los cineastas más prestigiosos de todos los tiempos. Lejos de enfrentar el problema, las actrices y actores implicados se comportan como ratas histéricas que abandonan el barco, y, salvo Jude Law, que defiende a su director, el resto del reparto de “A Rainy Day in New York” ha declarado sentirse arrepentido de trabajar con un sospechoso de abuso sexual, donando sus sueldos a organizaciones benéficas.

A nadie parece importarle que se hayan vertido tremendas falsedades en los medios, llegándose a decir que Jude Law tiene en la película el papel de un mujeriego cuarentón que mantiene relaciones con una menor. Conviene aclarar que Jude Law, efectivamente, tiene 46 años, pero que la actriz Elle Fanning, que es a la que se refieren, cumplirá el próximo 9 de abril los 21. En realidad, ella forma pareja juvenil estelar con Timothée Chalamet.