IÑIGO GARCÍA ODIAGA
ARQUITECTURA

Pulmón urbano

La reforma de la plaza Skanderbeg, el centro neurálgico de Tirana, es un proyecto realizado por 51N4E, que reorganiza el espacio de manera sencilla pero radical. La propuesta genera una gran área peatonal dentro de un contexto urbano complejo. Un vacío dentro de la tremendamente densa capital albanesa, rodeada por viejos y nuevos equipamientos públicos.

El primer objetivo del proyecto fue crear un anillo verde divisor a modo de tránsito entre la ciudad y la plaza. El paisajismo de esta zona verde se estudió meticulosamente para convertirlo en un ecosistema local, con especies autóctonas elegidas para aumentar la resistencia natural del sistema al reaccionar ante el cambio climático, que se percibe ya como una realidad.

Se combinaron árboles, arbustos y plantas perennes para fomentar la biodiversidad urbana y controlar el microclima del centro de la ciudad. La riqueza de la naturaleza de Albania se expresa aquí de forma que permite que el espacio público asuma funciones recreativas e incluso educativas. Este cinturón verde se compone de doce jardines vinculados cada uno de ellos a las instituciones públicas que rodean la plaza.

Atravesado ese cinturón verde, que actúa como una antesala que negocia la transición entre la ciudad congestionada y la plaza, la monumentalidad de los edificios de este centro neurálgico era demasiado potente. Además, para la mayoría de albaneses aquellos edificios hablan de la dimensión opresiva de la antigua arquitectura comunista, que ahora es contrarrestada por la geometría amplia y baja, en forma de pirámide, que forma la plaza.

Cuando los peatones conquistan la cima de esa pequeña pirámide, se encuentran frente a frente con la arquitectura autoritaria del pasado. Pueden contemplar los edificios que definen el pasado de Albania y establecer nuevas lecturas sin olvidar el pasado.

El proyecto presta también una atención especial a las cuestiones de movilidad y vialidad en el contexto inmediato, incluso cercano, de Skanderbeg. En este sentido se establecieron conexiones peatonales que permiten un itinerario rápido para cruzar todo el área, así como enlaces especialmente diseñados entre la red de transporte público y los usuarios de bicicletas urbanas.

Por este motivo, se ha construido un estacionamiento subterráneo capaz de albergar múltiples funciones, como estacionamientos rotativos, aparcamientos específicos para residentes, así como áreas para el almacenaje de bicicletas y servicios para su reparación. Todo este sistema nodal de transporte fue desarrollado en colaboración con los servicios de movilidad de la ciudad, que realizaron un gran trabajo de participación ciudadana con diversos grupos y colectivos.

Piedra local. Desde un punto de vista constructivo, se apostó por el uso de materiales locales, tanto por razones logísticas como simbólicas. El uso de una piedra de la región permitió la reactivación de las canteras locales y convirtió el proyecto también, en este nivel, en una bocanada de aire fresco para la creación de empleo y la estimulación económica de un área altamente degradada.

La continuidad del material del suelo queda alterada por el agua que cae desde los riegos de los diferentes jardines y, al discurrir por la superficie inclinada de la piedra, genera dibujos efímeros que van decorando aleatoriamente ese gran lugar de encuentro en que se ha convertido el vacío de la plaza. Además, el agua al evaporarse produce una cierta sensación de frescor cuando el sol aprieta.

Por todas estas cuestiones este espacio urbano se ha transformado gracias a esta reforma, a un mismo tiempo sencilla pero efectiva, en un lugar de referencia para los habitantes de la ciudad. Si antes era un enclave de representación del poder político y de la administración, ahora le ha sido devuelto al pueblo.

Un ejercicio que aporta frescura no solo ambiental sino también social en un contexto que aún no ha olvidado las tensiones vividas en el pasado. Todas estas visiones superpuestas construyen un relato que habla de una nueva realidad metropolitana que respira nuevos aires, y gracias a una plaza convertida en pulmón urbano.