TERESA MOLERES
SORBURUA

Para julio y agosto

Un verano caluroso es casi siempre bienvenido, aunque en previsión hay que adoptar algunas precauciones como regar con el fresco del atardecer, cuando la evaporación disminuye y la ausencia de luz limita el riesgo de aparición de enfermedades en las hojas. También hay que seguir arrancando las malas hierbas, sin olvidarnos de trabajar la tierra con la azada por la mañana temprano. Recordad que con un suelo bien trabajado se ahorran dos riegos, porque el agua penetra con facilidad.

Otra tarea a realizar es la eliminación de las flores marchitas de las rosas y las dalias, para que sigan floreciendo ininterrumpidamente. Las rosas remontantes volverán a florecer, y las variedades de rosas antiguas y botánicas no es necesario podarlas, para que en invierno luzcan sus frutos, los escaramujos. Las flores anuales también se eliminan cada semana para que tengan una segunda floración, conservando algunas semillas para la próxima siembra. Tenemos que vigilar que los pulgones no ataquen a las clematies, begonias y rosales. Además, en julio se pueden dividir los rizomas de los iris para comenzar a plantarlos donde el suelo es pesado.

Debemos regar cada diez días los árboles y los arbustos plantados en los dos últimos inviernos. En caso de canícula, interrumpiremos el corte del césped y volveremos a hacerlo una semana después de la tormenta. No hay que preocuparse si se deja amarillear un poco el césped, porque con las primeras lluvias volverá a reverdecer. Reemplazaremos también las bandas con liga que colocamos alrededor del tronco de los árboles, para impedir que trepen las hormigas.

No podaremos el boj al sol, ya que cicatriza mal; mejor hacerlo con cielos cubiertos y humedad ambiental. Vigilaremos el ataque de la pirala del boj y pulverizaremos con bacillus thuringiensis a los primeros signos de infección. A los arbustos bajos y a los cortados en topiario es conveniente darles un ligero corte de mantenimiento.

Por último, en julio con luna menguante podaremos los tallos verdes. Y en agosto, pinzaremos los crisantemos. Ese mismo mes, con luna creciente, se pueden sembrar lavateras, miosotis y flores bianuales. En general, en luna menguante se prepara el suelo y con la luna creciente es tiempo de sembrar y recolectar. Luego solo nos queda descansar en un lugar sombreado y observar el vuelo de las mariposas, mientras nos llega el perfume de las flores.