IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

La estructura

El arte contemporáneo es un entramado de relaciones. Las obras artísticas forman parte de una estructura que se expande hacia diferentes frentes y hasta completar todas las capas que la componen. Si el elemento central es la obra, con que miremos un poco más allá encontraremos otros puntos por los que seguir la hoja de ruta. La exposición como dispositivo para su muestra y, por su parte, el comisariado como lugar de enunciación de discurso o de puesta en común de conexiones entre creaciones. Vertebrando esto, las salas, galerías, museos o instituciones que proponen un panorama para el desarrollo de un contexto artístico. Los sistemas de ayudas, las becas, los premios y las residencias de carácter público o privado, confieren un sustento para la producción, la subsistencia de quienes producen o la creación de proyectos de corte independiente.

Entra en juego el papel de las universidades, las escuelas y sus estructuras académicas que abren otro abanico diferente en el que palabras como máster o programa de doctorado comienzan a resonar. Entre ambos mundos, la escritura y la publicación de textos y ensayos, desde editoriales independientes y catálogos, a los pocos espacios especializados que aún guardan algunos medios generalistas. Por encima de todo, el sistema económico que todo lo regula y que entra en los derroteros de la compra y la inversión.

Por todo esto y por muchos matices más, que quedan fuera de este rápido esquema, cuando nos asomamos a una muestra debemos tener en cuenta que estamos siendo parte, como público, de un lugar más en este mapa de conexiones. Somos a la vez visitantes, consumidorxs, espectadorxs o turistas y los flujos que conformamos dictan las tendencias que al mismo tiempo dirigen nuestros intereses, cerrando así un círculo que se retroalimenta sin tener claro dónde empieza nuestra elección y dónde el control.

Recogiendo la línea que planteábamos la semana pasada, son muchas las instituciones que brindan gran parte de sus contenidos de manera accesible. Navegar a través de estas opciones nos permite muchas más cosas que la simulación de un recorrido y, en consecuencia, dirigir nuestra mirada hacia otros focos que no podemos analizar cuando visitamos una exposición. El Museo Reina Sofía de Madrid puso en marcha hace algunos años un microsite o espacio web, diseñado para entender el tejido de relaciones que el centro ha realizado y que han posibilitado coproducciones en diferentes lugares del mundo. Desde el año 1991 hasta el 2020, podemos dividir nuestra búsqueda entre tres pestañas: colección, actividades y exposiciones. Un mapa del mundo nos revela los nexos creados entre instituciones y museos que han participado en cada proyecto y podremos acceder a la ficha informativa de la referencia que consideremos interesante. En nuestra indagación tendremos la oportunidad de toparnos con proyectos tan interesantes como “Musas Insumisas”, en torno a la figura de Delphine Seyrig (Beirut 1932-París, 1990) y su implicación con los colectivos emergentes de video feminista en el Estado francés o recordar la figura de Pepe Espaliú (Córdoba 1955-1993) desde la exposición realizada en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo en el año 2003.

En definitiva, una manera de visualizar todo aquel trabajo que está detrás de las producciones, las colaboraciones y la puesta en marcha de proyectos conjuntos. Una oportunidad para acercarnos a otra cara del arte de la que encontramos resonancias en aquel proyecto que el Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo Artium de Gasteiz presentó en el año 2017 bajo el título “El arte y el sistema (del arte)” y que reseñamos en estas líneas.