Kontxako Bandera 2021

Itziar Eguren y Alberto López

Fotografías: Conny Beyreuther
Fotografías: Conny Beyreuther

Hace mucho tiempo que la Bandera de La Concha no se queda en casa. Tanto que en 125 ediciones, los catorce triunfos locales son de otras épocas y hay que remontarse a los inicios de la prueba a finales del siglo XIX, cuando se produjeron nueve victorias, y a principios del XX, con otros cuatro triunfos y un quinto en 1950, el último hasta el momento. Todos con traineras de hombres. Desde entonces, nada. Ahora son las mujeres que transitan por la máxima categoría las que están más cerca de conseguir la bandera más deseada. La tripulación de la «Lugañene», de Donostia Arraun Lagunak, por primera vez se ha impuesto en la Liga Euskotren y aspira a un doblete inédito, aunque en 13 ediciones de la Bandera femenina nunca han ganado. Tampoco lo ha hecho la «Torrekua» de Kaiarriba Donostiarra, que navega en categoría femenina y masculina y llega en ambos casos en el tercer puesto liguero. Siempre a expensas de condicionantes sanitarios o deportivos –una descalificación o la presencia del covid– que no habían importunado cuando este número de 7K fue a imprenta pueden arruinar las expectativas. Ojalá que no.

Quedamos con Itziar Eguren, presidenta de Donostia Arraun Lagunak, y Alberto López, presidente de Kaiarriba Donostiarra. La cita para la sesión fotográfica es en el muelle, el lugar donde desembarcan las traineras tras las regatas y con connotaciones extras para los dos. Eguren lo vislumbra a diario por su trabajo en el comedor de la Ikastola Orixe, que por cierto le permite ese margen de vacaciones escolares coincidiendo con los meses fuertes del remo, los de la trainera. Empezó en el remo con 15 años, cuando decidió hacer un cursillo con Ur Kirolak. Diez años después, aquel batel del que formaba parte aterrizó en Arraun Lagunak y ahí sigue como delegada y presidenta.

Alberto López es gasteiztarra pero también tiene sus vinculaciones personales con los escenarios de La Concha; está casado con una donostiarra de la Parte Vieja. Asumió el cargo en 2015 cuando le llamaron para impulsar el proyecto que se había puesto en marcha en la temporada 2006-2007, buscando una trainera unificada para Donostia. En su caso no había detrás una trayectoria deportiva vinculada al remo, pero sí experiencia como gestor de empresas y sociedades. Ambos, por iniciativa propia, acuden a la entrevista que continuará en el local de NAIZ, frente al Kursaal, vestidos con las camisetas blancas de sus respectivos clubes. Hubo un tiempo en el que los clubes a los que representan intentaron remar juntos, pero el proyecto de aquella trainera que pretendía aunar el remo de la capital guipuzcoana para reforzar una embarcación competitiva que consiguiera calar en los aficionados locales no fructificó y el conflicto continúa sin resolverse. También hablamos de esto.

¿Qué supone ser presidente-a de un club de remo?

Itziar Eguren: Mucha responsabilidad. Acepté el cargo porque se lo debía al club. Arraun me dio la oportunidad de poder ser remera. Eran los inicios del banco fijo femenino, cuando solo podíamos remar en bateles. Ganábamos el Campeonato de Gipuzkoa y el de Euskadi e íbamos al de España, pero no se lo tomaban muy en serio por mucho que, como en mi caso, quedaras cuarta en un Mundial –en el ocho de banco móvil–. Había que avanzar y el club se planteó un proyecto serio con todo aquel que quisiera remar, chicos, chicas, mayores, y en el 2014-15 impulsó la trainera femenina. Te toca hacer de todo. Intento estar en todas las regatas posibles y ayudar a los entrenadores. El club tiene muchas cosas para disfrutar pero cuando eres presidenta tienes que dejarlas al margen, aunque de vez en cuando remo con las Golden Ladies, el equipo de veteranas.

Alberto López: Es un reto poder trabajar para que la ilusión de mucha gente se vea reflejada en el resultado de lo que estás haciendo. Eso va unido a esa responsabilidad de lo que tienes detrás: deportistas, aficionados, instituciones. No es un juego, no es algo que deba ser personal, sino que debe estar totalmente separado y buscando el bien común, de los que quieren ver que la trainera está en lo más alto posible y, sobre todo, con un desarrollo sostenido y que tenga futuro.

¿Los presidentes de un club de remo tienen que oír mucho?

A.L.: En cualquier cargo de responsabilidad y de gestión tienes que oír mucho y sobre todo tienes que saber que se va decir mucho. Muchas veces esa ignorancia que es tan atrevida, a menudo por desconocimiento, se hablan cosas sin llegar a profundizar con lo primero que nos llega. Nos encanta opinar de los demás y normalmente sin los suficientes datos para que sea una opinión fundada. Yo eso lo asumo, intento que me influya lo menos posible y no me genere dificultad a la hora de seguir trabajando.

I.E.: Tienes que ver y oír cosas que no te gustan pero al final cada uno decide. Cada uno es libre de decir lo que quiera. Sería mejor que contrastáramos y que no nos pisáramos. A veces no he sentido que se me haya tratado como presidenta, he tenido que insistir para que se me respetase. Al anterior presidente de Donostia Arraun Lagunak, que ha ocupado distintos cargos, se le trataba mejor y se lo merece porque es una excelente persona. Pero el remo de banco fijo no es un mundo fácil para las mujeres. Es complicado, la trainera es una parte muy importante pero el día a día también.

Hubo un tiempo en el que el mundo del remo se enorgullecía de su condición de amateur. ¿Hay gente que vive del remo?

I.E.: En mi club nadie. Las chicas de la trainera solo cobran el dinero que se recibe de los premios. Se les puede pagar el traslado a los entrenamientos y se les busca alojamiento a las que no son de Donostia, pero no tienen un salario. Ojalá se lo pudiéramos dar, pero no tenemos tanto respaldo ni económico ni institucional.

A.L.: En mi club tampoco nadie vive del remo. En este deporte hay tres velocidades, por un lado está la femenina, que nos pasa exactamente igual que en Arraun. Y luego están los chicos que, en el mundo del remo en general, hasta donde yo conozco, en algunos clubes se pagan los premios y algo más, y quizás hay tres clubes que si reparten más dinero. En general todos trabajan, aunque reciban cantidades que, según para quién, pueden ser importantes. En nuestro caso hemos ido reduciendo el coste que teníamos en remeros. Lo que se les paga está muy igualado entre todos pero no da para vivir. Sí que hay una profesionalización en el trabajo que se realiza, la competición te lleva a ello. Si quieres estar ahí tienes que dar un paso adelante en los entrenamientos, en el cuidado, en la dieta... Todo muy cercano a lo profesional. Económicamente no está pagado pero también les aporta satisfacciones a otros niveles.

¿Les gustaría un remo profesional al estilo de otros deportes?

A.L.: Hay muy pocos deportes con una profesionalización extendida: fútbol, baloncesto, balonmano y casos aislados como un golfista,una tenista… Las traineras son un deporte rural, local, tradicional, del Cantábrico y el escaparate hacia fuera es pequeño. Ojalá pudiera tener una recompensa mayor.

I.E.: El remo ha ido evolucionando, lo que pasa que dar ese salto… La gente trabaja a turnos y hay quien viene a entrenar después de trabajar en el turno de noche. Económicamente no les compensa en absoluto.

Por cuarto año consecutivo Euskotren ha renovado su patrocinio con la Liga ACT y también por cuarto año consecutivo en la Bandera de La Concha la cuantía de los premios es idéntica para hombres y mujeres. ¿Se han animado otras Banderas?

A.L.: Sí, Zarautz, que fue la primera, antes que La Concha.

I.E.: Nosotros no gestionamos la ACT, eso lo hacen los doce equipos masculinos que participan en la Liga Eusko Label. Los premios no son los mismos para la Liga Euskotren –categoría femenina–, que para la Eusko Label. La forma de gestionar las Ligas es muy distinta. Nosotros vamos de invitados, ellos son los socios, aunque estamos agradecidos de que nos dejen remar en una Liga como esta.

A.L.: Euskotren es el patrocinador de la Liga femenina y aporta una cantidad para sufragar los premios. Si no llega y es deficitaria, el resto lo pone la ACT.

Las dos traineras femeninas donostiarras han ganado algo este año en la Liga, especialmente brillante para Arraun Lagunak que, por primera vez, se ha proclamado campeona de la Liga Euskotren con seis victorias y cinco banderas, además de los triunfos en el Campeonato de Euskadi y Gipuzkoa. Donostiarra Lacturale venció en Lekeitio.

I.E.: Arraun nunca había ganado tantas banderas. El año pasado la pandemia nos rompió el plan con dos confinamientos, uno durante la Liga y otro en puertas de La Concha que no nos lo pusieron nada fácil para poder ir a la clasificatoria. Fue muy duro, así que este año quitamos las penas y cumplimos con lo que queríamos hacer desde el principio; ser un trainera puntera. La Liga ha sido superdisputada, en cuatro y seis segundos estábamos todas. Creo que la Liga femenina necesitaba este revulsivo y los datos lo demuestran. Estamos encantadas de que Arraun sea protagonista.

A.L.: La competición femenina se ha igualado, lo cual es muy bueno para su crecimiento.

Si Donostia Arraun Lagunak llega con el respaldo de su mejor campaña, en la bancada de la Torrekua están las «coleccionistas». Andrea Oubiña, la remera de las nueve Conchas aspira a la décima –Vicky Piñeiro, en Orio, a la octava– y tras las gallegas están las vascas Ane Pescador y Nerea Pérez, exbateleras y dos de los fichajes de Donostiarra Lacturale que buscarían su sexta Concha.

I.E.: Hay muchísimo nivel en chicas y cualquier cosa puede pasar.

A.L.: Es evidente que existen muchas posibilidades de que pueda haber una trainera de Donostia en La Concha femenina que pueda ganar, lo mismo que cada vez hay más posibilidades para Donostiarra en La Concha masculina. Está complicado pero es posible.

Y es que los remeros de Donostiarra Amenabar llegaron a La Concha terceros en la Liga Eusko Label, la competición de los doce mejores, confirmando su regularidad de las últimas temporadas. En su trayectoria han ganado tres banderas ACT, de momento una por año, y con una plantilla casi 100% guipuzcoana, todos sus integrantes menos Unai Billakorta, que es de Urruña.

A.L.: El remo masculino es complicadísimo. En la Liga para poder ganar hay que ganar el mismo día a muchas traineras muy rápidas. Y en la femenina hay que ganar al menos a dos y casi a tres.

Kaiarriba Donostiarra nace en 2007 con el objetivo de ser un club que unificara a todas las traineras de la ciudad de la mano de Ur-Kirolak, Donostia Arraun Lagunak y el Ayuntamiento –posteriormente se unirían Fortuna y Kiriko–. El proyecto no terminó de cuajar.

I.E.: En su momento, Arraun creía ciegamente en ese proyecto y se volcó hasta el 200%, aportó todo su material, pero pasaban los años y no fructificaba; el dinero que se había prometido no llegaba. Arraun atravesaba una situación muy complicada en cuanto a economía. Llega el 50º aniversario de Arraun –hace seis años– y se crea una trainera unificada femenina con el nombre Donostiarra 50 Aniversario, se intenta negociar pero no cuaja. Lo que no puede ser es que tú empieces un proyecto y luego te digan, me lo llevo yo y decido cómo se hacen las cosas. Al final sacan una segunda trainera femenina en la ciudad, que es la actual Donostiarra.

A.L.: Cuando llego en 2015 me encuentro a un Donostia Arraun Lagunak totalmente volcado con el proyecto hasta el punto de que tienen dificultades para poder sostener su club y que eso vaya para adelante. Y tenemos a un Ur Kirolak que cree que la unificación debe de existir. En ese momento, Arraun pone en marcha el primer proyecto de trainera femenina y llegamos a ese acuerdo ese primer año, cogido con pinzas y a lo que debe pasar el segundo año. Pero no ocurre y hemos llegado a ese acuerdo y a otros dos posteriores que no se han cumplido ni se han llevado a cabo.

Las relaciones entre ambos clubes son tensas y el paso del tiempo no está mejorándolas. ¿Alguno de los dos continúa pensando en la posibilidad de la unificación?

A.L.: Yo sí. La frustración que puedo tener en no haberla conseguido es grande. No solo creo, sino que quiero que exista esa unión, que se dé ese paso y que pueda existir. Lo que realmente sería histórico sería conseguir la unión del remo donostiarra. De hecho la historia nos va a juzgar por no haberlo conseguido y yo me siento con mi cuota de culpabilidad y responsabilidad, hasta el punto que creo que deberían negociar otros. No tengo ningún interés para ser quien lo negocie, que lo hagan otros y que encuentren una solución. El proyecto de Donostiarra se lleva a cabo porque no existe algo potente en la ciudad y sobre todo con dos objetivos: uno social, el de aglutinar a los donostiarras en torno a una trainera que les identifique y les de fuerza. Conseguir que todos seamos de lo mismo, es decir del mismo club, es mucho más difícil que crear algo nuevo que sea para todos. Cuando eres de Kiriko, Ur-Kirolak o Arraun Lagunak, ya eres pero además puedes ser de algo común y nuevo. Y el otro objetivo es que chavales y chavalas se identifiquen con el remo y les apetezca remar. Esos dos objetivos se han cumplido. Hemos conseguido que el entorno de la regata de La Concha sea blanco –el color de las camisetas de ambos clubes– antes era de colores durante bastantes años. Y que los chavales y chavalas quieran remar, se ve en las fichas que tanto en Donostia Arraun Lagunak como en Ur Kirolak han aumentado mucho en los últimos años. Entiendo que Donostia Arraun Lagunak quiera tener una forma de mantenerse como club en el mundo del remo, el camino que han encontrado es su trainera femenina con buenos resultados. Es su camino, es lo que quieren. Ahora bien, hay un proyecto que se realiza con su acuerdo y su empuje. Llega un momento en el que deciden tomar otro camino con argumentos que son totalmente válidos. Si te sales de lo común, de un proyecto en el que están todos, deberías de salirte con todas las consecuencias, buenas y malas.

I.E.: Hubo un acuerdo entre Kaiarriba y Ur Kirolak que marcó un antes y un después. En las Ligas de remo tienes que tener cupo de canteranos, de gente propia y de gente no propia. Hay una normativa por la que solo se puede elegir un club afín y ellos deciden que sea Urki. Nuestros remeros y remeras nunca van a poder ser canteranos de Kaiarriba. Eso había que negociarlo de otra manera y lo intentamos, hay que compensar al que no le das. Ya propusimos la fórmula pero no llegamos a un acuerdo.

Arraun Lagunak se siente discriminado por parte del Ayuntamiento donostiarra, que es además el organizador de la regata, en el trato, las subvenciones y por tenerse que ganar la plaza en la clasificatoria de La Concha, mientras las traineras de Kaiarriba están exentas y tienen la plaza asegurada.

I.E.: Al margen de los resultados, el Ayuntamiento considera proyecto de ciudad a un club y no al otro que está compitiendo en la misma categoría. El proyecto no cuajó como nosotros hubiéramos querido y no hay una trainera unificada. El Ayuntamiento tiene que poner los pies en el suelo y entender la realidad. En una ciudad supertolerante, progresista, que apuesta por la igualdad, ¿cómo puede tener la perla de la regata de La Concha favoreciendo a uno de los participantes dándole todo, sin jugarse la clasificatoria? Nosotras, a partir de 2017 nos hemos tenido que ganar el puesto en la clasificatoria. ¿Acaso Donostia Arraun Lagunak no es un proyecto de ciudad? Es el único club con 56 años de historia, dos campeones del mundo, que ha ganado el Campeonato de España, un equipo de veteranos que ha ganado diez veces el Campeonato estatal, el primer club que entra en la máxima categoría del remo, tanto en categoría masculina como en la femenina. Además nos dejan sin subvención directa. Hemos decidido hablar en el agua y el resultado es que el club sigue para adelante, estamos en el mismo nivel deportivo pero nos falta respaldo institucional. Con la Diputación hay cierta diferencia. Llevas lo que te piden: resultados, facturas y te dicen que te corresponde tanto. Queremos igualdad, equidad.

¿Y el Ayuntamiento podría replantearse la situación, que unos no se sintieran discriminados y que otros puedan continuar con el proyecto conjunto?

A.L.: Hay otros deportes con éxito que no reciben subvenciones. El Ayuntamiento y los que deciden tomarán sus decisiones, que unas veces nos gustan y otras no.

I.E.: Se está castigando a uno de los clubes porque no está en su proyecto cuando deportivamente es enriquecedor que haya dos equipos en la máxima Liga. Una rivalidad sana favorece y que cada uno en la ciudad decida de quién quiere ser. En Pasaia, no todos tienen que ser Pasaia. ¿No tiene su salsa que sean San Juan, San Pedro y Trintxerpe? Y todo sale del mismo Ayuntamiento y tienen sus clubes en condiciones. Y en Donostia solo a los que están en su proyecto les dan todo.

A.L.: El Ayuntamiento quiere promover ese proyecto que en este momento está cojo, quiere intentar que se solucione.

¿Desde dónde ven las regatas de La Concha?

I.E.: Yo estoy en la carpa de delegados pero la afición estará en el GU (Náutico). La gente tiene ganas de Concha. El año pasado todo fue muy restringido. Este, se ha visto algo más de gente en las regatas, respetando las medidas y se agradece que haya gente aplaudiendo cuando llegan a la rampa.

A.L.: Depende del año y de la situación, no tengo sitio fijo. Nosotros somos parte de la organización, así que donde podemos aportar.

¿Cómo sería la regata de La Concha perfecta?

A.L.: Ya es perfecta. Es un evento muy importante en el mundo del remo y del deporte, en el de la cultura, la sociedad de Donostia, del País Vasco y del Cantábrico. Es algo que debemos disfrutar. Lo bueno es que se repite año tras año y hay que sacar las mejores vivencias, no como el año pasado que fue triste encontrarte en el muelle solo a las gaviotas. Y ese silencio.

I.E.: En agosto, coincidiendo con la Semana Grande, hacer la regata clasificatoria con las traineras donostiarras, eso sería empezar La Concha de verdad, enchufar a toda la ciudad para las regatas de setiembre. Cada año te sorprende, la mar, la meteorología, nunca sabes lo que va venir.