Una histórica DANA deja 230 muertos en el País Valencià

El 29 de octubre, una depresión aislada a niveles altos, o DANA, produjo una serie de tormentas encadenadas en el Levante, teniendo como epicentro el sur de la provincia de València. Los niveles de precipitación torrencial en los medidores de la Agencia Estatal de Meteorología rompieron los registros históricos. La venida de agua en los barrancos de El Poyo, La Saleta y Picassent desató el caos, llevándose por delante viviendas y coches, destrozando vías y autopistas, inundando garajes y polígonos.
Las cifras oficiales de muertos superaron las 230. Los daños se estimaron en 22.000 millones de euros.
Las lluvias torrenciales no fueron inesperadas. La Agencia Estatal de Meteorología había lanzado su aviso a nivel más alto (el rojo) a las 7:36 horas. Esta advertencia, así como los avisos de caudales a punto de desbordarse de la Confederación Hidrográfica del Júcar, no fueron atendidos por las autoridades.
La desaparición durante horas del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, cuando era el encargado de dirigir el operativo, provocó retrasos en la cadena de decisión, como el del aviso por SMS a todos los móviles, que no se lanzó hasta las 20:11 horas, tiempo después de que las crecidas arrasaran Albal, Aldaia, Algemenesi, Alginet, Benetusser, Carlet, Chiva, Pincanya, Turis, Utiel, Alfafar, Alcudia, Massanassa, Paiporta, Sedavi, Alaquàs. Además de en estos, la DANA golpeó Letur (Albacete) y Mira (Cuenca).
El sistema valenciano de Emergencias (cuya cúpula había sido desmantelada por Mazón como primera medida tras el regreso del PP a la Generalitat) se vio desbordado, pero aun así no se declaró el Nivel 3, que hubiera dado el control de la situación al Ministerio del Interior.

Miles de voluntarios se sumaron a las labores de limpieza y reconstrucción junto a especialistas de emergencias civiles y militares de otros territorios. La extrema derecha trató de sacar rédito de esta solidaridad e indignación. En una visita mal calculada a la «zona cero», lanzaron barro al rey y golpearon con una pala al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.




