La creación artística no es únicamente una manera de producir objetos con cierta carga narrativa, poética o simbólica para ser expuestos en un lugar concreto. Cuando desde estas páginas hemos afirmado en varias ocasiones que el arte es una manera de estar en el mundo, nos referimos a que funciona como un prisma desde el cual entender todo lo que nos rodea. Es por eso que la creación es también un camino para la realización de procesos que superan la producción de obra. El arte como investigación, se trata de un campo que desarrolla una metodología propia en la que la práctica asume el papel protagonista.

La investigación artística es capaz de alcanzar lugares de conocimiento en los que comparte mesa con la sociología, la historia, la antropología, la filosofía o las teorías de los medios. Es, además, un punto de partida para trabajar desde el espectro de lo sensible, lo perceptivo, lo emocional o lo intuitivo. A lo largo de los años la investigación artística ha sido validada tanto desde lo académico como incluso desde el mundo empresarial, contratando artistas para llevar a cabo estudios que aportan más allá de datos concretos y contrastables. El arte es uno de los lugares más ricos de la cultura, pues es capaz de aunar disciplinas, modos de hacer y espacios para la imaginación.

La artista Verónica Domingo-Alonso (Bilbo, 1989) resultó ganadora de uno de los cuatro proyectos premiados en la convocatoria de proyectos artísticos que el Centro Cultural Montehermoso programó el pasado año 2024. Como consecuencia de eso, este año inicia el ciclo expositivo de los trabajos premiados con una exposición que se inauguró el pasado 24 de enero y podrá visitarse hasta el día 16 de marzo. “Metralla Zauriak” se despliega como un proyecto de investigación artística que ha elegido el imponente depósito de aguas para su fase pública. El proyecto realiza una investigación sobre los refugios antiaéreos de la Guerra del 36 en Euskal Herria y en concreto aquellos que se habilitaron en Araba. La perspectiva planteada desde la defensa de la Memoria Histórica nos ayuda a entender las vivencias que estos refugios albergaron en un contexto tan extremo como el de la guerra provocada por el golpe de Estado. La oportunidad del concurso permite a la artista bilbaina seguir con un proyecto cuyos capítulos anteriores han trabajado los contextos de Alicante y Bizkaia.

Ya en sala, la pintura, el grabado, la instalación escultórica o la fotografía son los caminos disciplinares que Domingo-Alonso elige para la creación de las piezas. El recorrido que nos plantea por el depósito nos da de bruces contra el testimonio vivo, las miradas reales y el recuerdo de un pasado que aún hoy necesita ser rescatado del olvido.