XANDRA ROMERO
SALUD

Éramos pocos y llegó la Coca Cola Life

Se llama Coca Cola Life y, como tal, debe ir en una lata verde, porque está hecha a base de “ese” edulcorante natural tan famoso últimamente, la stevia, y porque se llama Coca Cola “vida”. Por eso es verde. Toda una estrategia de marketing muy sencillita, pero seguro que muy efectiva: «verde-vida-naturaleza-natural». Pero yo no soy publicista, ni entiendo de esto, así que vamos a analizar mejor su composición nutricional.

Dicen en la página de Coca Cola que la nueva receta aporta tan solo 36 calorías por vaso (200 ml), lo que la hace un refresco bajo en calorías, y que «está endulzada naturalmente con lo mejor de la stevia y el azúcar de caña».

Veamos los ingredientes (en orden de aparición y de mayor a menor presencia en el producto): agua carbonatada (muy natural, claro), azúcar (a secas, no especifica que sea de caña; y además, 15 g de azúcar por lata es igual a dos sobres), color caramelo (¿qué es esto?), saborizantes naturales, stevia (glucósidos de esteviol, que no stevia), benzoato de sodio y cafeína.

Es decir, que lo que hace en principio diferente a esta Coca Cola es que está endulzada “naturalmente” con stevia (pues no, no lleva stevia, sino glucósidos de esteviol, que no es lo mismo) y azúcar de caña, que parece que tampoco, ya que en el listado de ingredientes no lo especifica y aunque así fuera, dos sobres de azúcar en una lata es nutricionalmente inaceptable sea azúcar de caña, de remolacha o de lo que se quiera. Y pensándolo bien, si me venden algo con este edulcorante tan natural como la stevia, ¿por qué lleva además azúcar? ¿Y por qué es mayor la cantidad de azúcar que del edulcorante “natural” reclamo principal del producto? Para eso, una Coca Cola normal y listo.

Lo cierto es que, por más marketing “natural” que se le quiera atribuir, Coca Cola Life sigue siendo un refresco como cualquier otro, que no aporta ningún beneficio a nuestra dieta y, por lo tanto, tampoco a nuestra salud; de hecho, todo lo contrario.

El consumo de bebidas azucaradas está relacionado con el aumento de peso, pero también tiene otros efectos en nuestro organismo, como favorecer los problemas respiratorios. Tres investigaciones realizadas por científicos de Suecia, EEUU y Australia han demostrado que el azúcar que los refrescos contienen en grandes cantidades causa la inflamación de las vías respiratorias, favoreciendo el desarrollo de asma.

En el sistema nervioso y el cerebro, los refrescos provocan una especie de adicción en sus consumidores. El responsable de la misma es el azúcar, que activa en el cerebro centros nerviosos que aumentan el nivel de las hormonas dopamina y serotonina, que producen sensación de placer. Además, según la revista “American Journal of Public Health”, estas bebidas azucaradas aceleran el envejecimiento celular del organismo.

Por lo tanto, si se tiene en estima la salud, resulta mejor optar por otro tipo de bebidas para saciar la sed y evitar este tipo de refrescos con tales cantidades de azúcares, sobre todo si se padece sobrepeso, obesidad, triglicéridos elevados, síndrome de ovario poliquístico y diabetes gestacional.