BERTA GARCIA
CONSUMO

Inversión

El próximo 9 de mayo se cumplen ya nueve años desde que se destapase el fraude de la inversión en sellos, y el caso ha quedado visto para sentencia. La respuesta que los afectados esperan de la justicia ya estaba clara desde el primer momento, sin necesidad de marear la perdiz con este largo y farragoso proceso judicial. Por no recuperar, no van a rescatar ni su maltrecha dignidad, porque de ser las víctimas de la estafa, se les pasó a considerar los “aprobetxategis” de turno por comprar duros a cuatro pesetas.

En fin, una más de esas historias causadas por la mala praxis del sector financiero, que, para más inri, goza a diario de lavados de cara, bien por parte de los políticos, bien por determinados medios de comunicación, que presentan a los consumidores como responsables de haber sido estafados.

El recordatorio de este caso viene a cuento porque, al parecer, se está dando una recuperación de la economía estatal y presumiblemente más notable en Euskal Herria. Al menos, así lo han manifestado los gurús bancarios en el pasado XXII Encuentro del Sector Financiero, viendo en esta reactivación una oportunidad de negocio a través de la concesión de préstamos.

La cosa es para ponerse a temblar cuando el cazador ve a sus piezas. Y en el tema de la animación del consumo interno, las estrategias pueden ser leoninas, que para eso cuentan con sus fieles corifeos mediáticos. Así que ojo al parche en estas verdes praderas vascas, donde, según cuentan, «los salarios son más altos y la tasa de paro más baja. Se cobra más y hay más gente trabajando, lo que permite tener más materia prima para calentar una de las locomotoras de la economía, el consumo interno».

Conviene tener presente que no es lo mismo ahorrar que invertir. Ahorrar es no gastar, invertir es utilizar el ahorro, so pena de querer terminar con productos tóxicos. Y conviene comprar los productos que se necesiten con el dinero disponible, no con el que otros puedan prestar.