La moda de los cuentos cambiados y actualizados impulsada por “Shrek” o “La verdadera historia de Caperucita Roja” sigue todavía vigente, ahora con una producción alemana que ya va por la tercera entrega dedicada a “El séptimo enanito”, y que viene a ser un combinado de distintas influencias tomadas prestadas de los grandes estudios de animación de Hollywood. Aunque su argumento mezcla básicamente el cuento clásico de “Blancanieves” con el de “La Bella Durmiente”, introduce en la coctelera también pasajes de largometrajes recientes, sobre todo de “Cómo entrenar a tu dragón” y de “Frozen”.

Quiere todo esto decir que “Der 7bte zwerg” carece de personalidad propia, buscando la originalidad en el resultado de un sinfín de cruces entre materiales de diversas procedencias. Al final es un cajón de sastre en el que cabe cualquier cosa imaginable, pero para hacer que tal disparidad de elementos llegue a encajar dentro de un mismo relato, el equipo de guionistas formado por un total de seis personas, no ha tenido otro remedio que forzar las situaciones.

Puede que lo más entonado sean las canciones y números musicales, gracias a que cuando los siete enanitos cantan y bailan son divertidos. Al extender el espectáculo a la fiesta de 18 cumpleaños de la princesa intervienen demasiados personajes de todos los cuentos habidos y por haber como invitados, a los que hay que añadir al Lobo y Caperucita en funciones de presentadores de la retransmisión televisiva del evento.

No es el único anacronismo, porque hay muchos otros, como una carroza-limusina o señales de tráfico, de prohibición, letreros móviles y demás. Y a nivel del lenguaje de acción, en las luchas se recrean técnicas de imagen ralentizada al máximo como las de “Matrix”. La sensación que queda es la de que se quiere hacer sentir al público infantil como cuando está delante de la tele con el mando a distancia.