Cuando solo faltan cuatro días para que venza el plazo de la prórroga del rescate griego, los nervios comienzan a aflorar en las negociaciones para consensuar los ajustes que debe implantar el Gobierno de Alexis Tsipras para desbloquear el último tramo de 7.200 millones y evitar así una suspensión de pagos y su salida del euro.

Tras las nuevas exigencias que las instituciones acreedoras plantearon el miércoles a Atenas pese a que el lunes calificaron de «buena base» la propuesta griega, el Eurogrupo celebró ayer su tercera reunión de emergencia de esta semana, sin conseguir, tampoco esta vez, acercar posiciones con Grecia y anunció que volverá a reunirse mañana sábado por la mañana en un intento que podría ser el último.

El próximo martes, día 30, termina la prórroga del rescate, con lo que Atenas no tendrá acceso a más fondos europeos. Ese mismo día, además, el Gobierno griego debe pagar un vencimiento de 1.500 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI) y asegura que no puede afrontarlo sin ayuda de la Unión Europea.

El motivo del nuevo fracaso del Eurogrupo, según alegan las instituciones europeas, es que Atenas, que rechaza la contraoferta del miércoles, habría enviado un nuevo plan «muy tarde», con lo que no dio tiempo a evaluarlo, según dijo el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, en unas declaraciones que recuerdan a las producidas la pasada semana.

El Eurogrupo ha encargado a los técnicos de la troika que examinen la última oferta de Grecia y determinen si hay algún elemento que pueda incorporarse a la propuesta de las instituciones. El texto se presentará a Atenas en el nuevo Eurogrupo de emergencia de mañana como un plan final, para que lo tome o lo deje, según aseguraron las fuentes consultadas.

Los acreedores quieren que el plan sea aprobado por el Parlamento griego el mismo domingo antes de desbloquear fondos del último tramo del rescate.

Cumbre de jefes de Estado

A la reunión del Eurogrupo siguió la de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, que reiteraron que su firma depende de un acuerdo previo con la troika que luego sea avalado por el Eurogrupo.

Los líderes de los 28 discutieron la situación de Grecia durante más de hora y media al inicio del Consejo Europeo, pese a que no estaba previsto en la agenda. La conclusión del debate fue la misma que la de la cumbre de la eurozona que se celebró el pasado lunes. «Todo el mundo quiere que Grecia se mantenga en la eurozona, pero en condiciones aceptables para todos», señalaron.

Los jefes de Estado y de Gobierno descartaron la posibilidad de celebrar una nueva cumbre –se había especulado con la posibilidad de convocarla para el viernes por la tarde si fracasaban las negociaciones en el Eurogrupo, como así ocurrió– y reiteraron que el procedimiento a seguir pasa por la troika y por los ministros de Economía.

Opiniones dispares

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo tener «una corazonada» y esperó que, «al contrario que en las tragedias de Sófocles, esta historia griega tenga un final feliz», mientras que el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, aseguró que trabaja «cada segundo» para evitar que el proyecto europeo se rompa.

La canciller alemana, Angela Merkel, fue la más pesimista al afirmar que «no se han hecho los progresos suficientes y en algunos aspectos tengo la impresión de que se ha retrocedido algo».

Para el presidente francés, François Hollande, «el acuerdo es posible, es necesario, pero hay todavía diferencias», al tiempo que subrayó que se está «en el ultimo minuto» y que «Grecia no tiene más tiempo».

Por su parte, Alexis Tsipras, a su llegada a la cumbre, se mostró confiado en que su país podrá llegar finalmente a un acuerdo con sus socios, pese a las dificultades de las negociaciones en las últimas horas.

El ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varufakis, anunció que van a continuar negociando hasta que se logre un acuerdo. Explicó que su Ejecutivo rechazó la contraoferta de las instituciones acreedoras porque incluía medidas que considera inaceptables en materias como el mercado laboral, las pensiones o la petición de elevar el IVA de los restaurantes, caterings y hoteles hasta el 23% a partir del 1 de julio.

Sin compromisos sobre las cuotas para acoger demandantes de asilo

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, confirmó la falta de acuerdo entre los Estados miembros sobre las cuotas obligatorias para acoger a una parte de los demandantes de asilo llegados a Grecia e Italia. Ante la falta de consenso, apoyó la idea de un mecanismo basado en la voluntariedad, pero advirtió de que «solo podrá ser creíble a condición de que los Estados adopten compromisos creíbles y significativos de aquí al fin de julio». «Un mecanismo voluntario no puede ser una excusa para no hacer nada. Una solidaridad sin sacrificios es hipocresía», añadió.

La Comisión Europea quiere imponer a los Estados miembros que compartan la carga de los 40.000 demandantes de asilo originarios de Siria y Eritrea que han llegado a Italia y Grecia dese el 15 de abril, pero los Estados rechazan el reparto de cuotas propuesto, por lo que no se adoptó ninguna medida. El borrador de conclusiones de la cumbre no recogía ninguna obligación, tan solo el «llamamiento a los estados a dar su acuerdo a la relocalización en dos años de 40.000 personas llegadas a Italia y Grecia y que tengan necesidad de una protección provisional». No obstante, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, anunció su intención de mantener la propuesta. El reparto se discutirá en una cumbre de ministros del Interior el próximo 9 de julio.GARA