Cavendish se reivindica y da al Etixx su tercera victoria
El sprinter de la Isla de Man superó en los últimos metros a Greipel y Sagan, y ya suma 14 triunfos esta temporada y 26 en el Tour.

Mark Cavendish reivindicó ayer con su victoria en la séptima etapa del Tour que se mantiene en la élite entre los sprinters al superar a Andre Greipel y Peter Sagan en una llegada que, como casi toda la etapa, se desarrolló sin ninguna incidencia reseñable. Chris Froome recogió el maillot amarillo que se negó a vestir durante la etapa por respeto a Tony Martin, que no pudo salir y tuvo que pasar por el quirófano para recuperar su fractura de clavícula izquierda.
Su triste abandono fue un aliciente mas para su equipo y para Mark Cavendish, que logró en Fougères la tercera victoria del Etixx en cuatro días y la 26ª de su palmarés en el Tour –4 en 2008, 6 en 2009, 5 en 2010 y 2011, 3 en 2012 y una en 2015 y 2013, cuando Kittel le arrebató la corona de rey del sprint–.
En ausencia del mejor velocista de las dos últimas ediciones, Cavendish se presentaba con ánimo de reivindicación tras las trece victorias conseguidas esta temporada, cuatro en California, tres en Turquía, la Kuurne Bruselas-Kuurne, la clásica de Almería, las dos etapas y la general de Dubai y la conseguida en el Tour de San Luis.
Unos triunfos que demostraban que Cavendish mantiene a sus 30 años su punta de velocidad, pero todos ellos habían sido conseguidos en pruebas de menor entidad. Su mejor puesto en Tirreno había sido un decimocuarto, en Suiza no pasó del sexto y en las clásicas del World Tour estuvo lejos de los mejores. No ganaba en la máxima categoría desde la victoria obtenida en Suiza el pasado año y necesitaba hacerlo en el Tour y más tras un arranque difícil.
Críticas de Lefevere
Volvía a la carrera francesa tras provocar la caída que le condenó la pasada edición a abandonar en la segunda etapa en Sheffield y se precipitó en el sprint de Zeeland. Allí además recibió duras críticas públicas de su manager Patrick Lefevere –se da por seguro que dejará el equipo a final de temporada– por su cuarto puesto y por perder la opción de vestirse de amarillo con Tony Martin.
Ayer era su penúltima opción, para la última deberá esperar dos semanas hasta Paris, y obtuvo una victoria de mérito porque, por mucho que agradecía al equipo su labor, se la tuvo que trabajar él. Buscó la rueda de Kristoff, que no ha llegado al Tour bien, y cuando arrancó Greipel cogió su estela y le superó en los últimos metros para lanzar un grito que, más de alegría, era de liberación.
El alemán, que se precipitó al lanzar el sprint desde lejos, se tuvo que conformar con la segunda plaza y con ampliar su ventaja en el maillot verde con respecto a Sagan, que hoy tiene su mejor oportunidad para arrebatárselo y lograr la victoria de etapa que tanto se le ha resistido en las dos ultimas ediciones.
Henderson tampoco pudo salir
Hasta el final, la etapa no tuvo más interés que el sprint intermedio y la escapada protagonizada por Durasek (Lampre), Maté (Cofidis), Delaplace y Brice Feillu (Bretagne), que llegaba a casa, y Teklehaimanot (MTN), que puntuó en el único puerto para su maillot de la montaña. Los otros cuatro pelearon por la combatividad y los jueces barrieron para casa y le dieron ese premio a Delaplace. Como Martin, tampoco pudo salir Henderson, lanzador de Greipel, tocado desde la caída del segundo día.
Final en el Muro de Bretaña
La octava etapa de hoy, con salida en Rennes y 181,5 kilómetros de recorrido, tiene un final atractivo en el Muro de Bretaña, una subida puntuable de Tercera categoría con dos kilómetros al 6,9% de pendiente media que obligará a todos los favoritos a intentar estar adelante y, si pueden, querrán arañar algunos segundos.
Aunque Sagan intentará buscar la victoria, el único precedente de 2011 demuestra que los favoritos estarán adelante. Entonces Cadel Evans, que a la postre ganaría el Tour, se impuso por delante de Alberto Contador, que fue el que lanzó el ataque más decidido.
Es una subida más larga y menos explosiva que la de Huy, en la que se impuso Joaquim Rodríguez. La principal duda estriba en saber cuál será la actitud de los equipos de los líderes con la escapada del día, porque todos querrán guardar energías para la contrarreloj colectiva de mañana que puede marcar más diferencias entre ellos que la etapa de hoy.Joseba ITURRIA

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