Abierta la veda para disparar contra Sky
Desde que sus corredores están dopados hasta quesus bicicletas están manipuladas y llevan una especie de minimotor de última generación, todo vale para poner bajo sospecha al equipo británico.

Cuando el pasado domingo concluyó la etapa contrarreloj por equipos, los comisarios del Tour se dirigieron a la caravana del equipo Sky –también a la de otros equipos– y repasaron con un escáner cada una de las bicicletas utilizadas ese día. No encontraron nada anómalo pero, tras las investigaciones, la Unión Ciclista Internacional (UCI) anunció que eran las primeras de un problema que se estaban tomando «muy en serio» como es el «dopaje mecánico» por medio de la utilización de micromotores ocultos.
En el Tour de 2013, Froome sentenció la carrera con una espectacular ascensión a Mont Ventoux. Según informó la agencia AFP, en algunos círculos se pudo ver un vídeo de esa victoria, acompañado de numerosos datos de rendimiento como ritmo cardíaco, frecuencia de pedalada o velocidad. Según esos parámetros, en pleno ascenso llegó a mover 1.000 vatios de potencia con poco más de 160 pulsaciones por minuto. Según Antoine Vayer, extécnico del Festina –equipo que terminó como terminó–, esos datos indicarían el consumo de sustancias dopantes o la utilización un motor. El Sky denunció el robo y manipulación de los datos.
Ya en este Tour, a la demostración de Froome en la subida a La Pierre de Saint-Martin hay que sumar el poderío demostrado por sus compañeros, en especial, el australiano Richie Porte y el galés Geraint Thomas.
Comenzaron a airearse las sospechas, fundamentalmente desde el lado francés. A los constantes dardos lanzados desde el diario L’Equipe, alma mater de la carrera, le siguieron las críticas, entre otros, de Laurent Jalabert, que comenta el Tour para la tele pública, a quien le pareció «incómodo» ver a Froome rodar con «tanta soltura» en las pendientes de La Pierre. A su compañero Cédric Vasseur, otro exciclista recolocado como co- mentarista, le parecía que la bicicleta del inglés «rodaba sola».
Insultos desde el arcén
La incontinencia verbal ha creado un clima que hizo que el público abucheara a Froome camino de Cauterets. De nada le ha servido al inglés su amabilidad. Ya le habían advertido de que no debía ser tan hosco como su compatriota Bradley Wiggins, pero esto no hay quien lo aguante. Así, su compañero Porte, harto de tanta animadversión, se encaró con un espectador que le acusó de dopado.
Y el tramposo de Armstrong se suma al follón diciendo que él también sospecha.

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