Llevan toda la vida trabajando y ahora, cuando podrían estar tranquilamente disfrutando de su jubilación, aún tienen fuerzas y coraje para seguir peleando. Y no solo por ellos, por sus actuales pensiones, sino por que en un futuro todo el mundo pueda contar con unas «pensiones dignas».

De esta manera, las asociaciones Agijupens, Nagusilan, Duintasuna, Fevaas, Gepe, Helduak Adi! y Helduen Hitza han formado la Plataforma de Asociaciones de Mayores de Gipuzkoa para dar a conocer la problemática de este colectivo y reclamar que «toda persona tiene derecho a una pensión digna».

El primer paso ya lo han dado, que era unir a las distintas asociaciones. «Hemos hecho muchas reuniones entre nosotros y hemos tenido que limar asperezas, pero por fin hemos creado un texto conjunto», explican a este periódico Miguel Gortari y Antton Karrera, dos de los impulsores de esta plataforma.

El documento, que ha sido enviado a los hogares de pensionistas, a todos los sindicatos y partidos políticos, así como a las instituciones y hasta a agrupaciones juveniles, se ha resumido en nueve puntos. Entre ellos, destaca que «ninguna pensión debe estar por debajo del umbral de la pobreza».

En este sentido, señalan que el cálculo lo tiene la Unión Europea, que define que se debe estimar sobre el equivalente al 60% del salario medio de los trabajadores de su entorno región, etc. Por lo que, en el caso de la CAV, consideran que ninguna pensión debe quedar por debajo de los 1.080 euros.

Otro de los aspectos importantes del documento, y ligado al anterior, es que durante la crisis «ha aumentado de forma considerable la desigualdad en la distribución de la riqueza disponible», lo que ha generado que «se incremente el número de personas con insuficientes recursos económicos para hacer frente a los gastos mínimos necesarios para acceder a las necesidades básicas».

Denuncian que «el fondo de reserva de Madrid se está agotando, porque se ha metido mano como si fuera una hucha. Los gobiernos sucesivos habrán robado más de 300.000 millones de euros. Lo que ocurre es que cogen dinero y no reponen», critica duramente Gortari.

El texto también hace hincapié en la «discriminación que sufren las mujeres» en cuanto a salarios se refiere, ya que «por el mismo trabajo realizado perciben un 27% menos que los hombres», denuncia la plataforma.

Fuera del texto, también existe otro «gran problema y preocupación»: la dependencia. «Las expectativas que se crearon con la dependencia se han quedado muy cortas y hay muchísimas personas pensionistas que están en una situación lamentable», se queja Karrera.

Aviso a las instituciones vascas

Desde la plataforma saben que solucionar estos problemas depende mucho del Gobierno español, aunque también son conscientes de que tanto el Parlamento de Gasteiz como, a nivel provincial las diputaciones y las Juntas Generales, «tienen medios para favorecer estas pensiones», recalcan.

«El futuro es muy negro. La situación de las pensiones puede ser dramática, a no ser que se cambie de política y de criterios», afirman. Y más cuando el Ejecutivo de Rajoy ha anunciado recientemente una mínima subida en las pensiones del 0,25% para 2016, algo que tachan de «un insulto para nosotros».

De esta manera, para que los pensionistas de hoy en día y los del futuro puedan vivir decentemente, no dejarán de luchar por unas «pensiones dignas». Para ello, a partir de setiembre, después de las vacaciones, además de exponer sus ideas de manera presencial, se concentrarán cada quince días en Alderdi Eder, frente a la Delegación de Lakua, así como en distintos pueblos de Gipuzkoa, y culminarán todo con «una gran movilización» en Donostia a finales de octubre.

El «envejecimiento activo», un sistema en el que los jubilados pueden ser más útiles y provechosos

Entre las preocupaciones de los pensionistas, Antton Karrera destaca el denominado «envejecimiento activo», un sistema con el que la Plataforma de Asociaciones de Mayores de Gipuzkoa está sensibilizada porque «hemos observado lo que hacen en países como Dinamarca, Noruega, Suecia e incluso Portugal, donde se cuida más la jubilación, y los pensionistas son más útiles y más provechosos para la sociedad».

El sistema es sencillo: «Los activos, en los últimos dos años de trabajo antes de la jubilación, reciben una serie de formación en horas de trabajo para habituarse y prepararse cómo deben comportarse en el proceso de pensionista o de jubilación, y de esta forma, cómo pueden ser útiles a la sociedad llevando una vida activa y provechosa para la sociedad en general».

Karrera destaca que es el propio Estado el que ayuda a este proceso «porque es beneficioso para el propio Estado», ya que los gastos en medicinas se pueden disminuir al hacer una vida «más activa y organizada».

En Euskal Herria, destaca casos como el de Stop Desahucios, plataforma que «ha estado sostenida por gente pensionista». Además, «socialmente estamos haciendo más cosas y estamos dispuestos a ello. Hay que educar a la sociedad en esa línea», recalca.I. C.