Lo positivo supera a lo negativo en el balance vasco de la 3ª jornada liguera, con un triunfo (Bera Bera), un empate (Zuazo) y una derrota (Zarautz). Bera Bera empieza a carburar en lo que tantos problemas le ha dado en partidos decisivos las últimas temporadas: su ataque organizado. Temprano sigue ahí. Para la defensa Puche va encontrando soluciones, con Sans y Martínez al centro (y Menéndez como recambio), Arrojeria y Etxeberria defendiendo muchos minutos en los laterales (y ambas con mucha intensidad), y las nuevas Fernández y Yáñez tratando de ayudar, aunque su mayor aportación se vea en ataque. El contraataque hay que afinarlo todavía, porque los rivales conocen los pases directos de Temprano a sus extremos y se esfuerzan por interceptarlos, aunque la irrupción de Sans por el carril central está siendo prometedora. Y la segunda oleada mejorará con los partidos y la coordinación (y ante el Aula fue buena).

El cambio está en ataque organizado, y el ritmo que impone la primera línea a su juego, con la confianza de saber que en el banquillo hay recambios de nivel, aporta mucha tranquilidad.

En Barakaldo también hay buenas noticias, aunque significan cierta responsabilidad. El empate ante el At. Guardés, uno de los gallitos, y la forma en que se produjo, con un 4-0 final para remontar un 19-23 desfavorable, plantean a Zuazo un nuevo escenario: tienen plantilla, portería y a Steinbach, y los resultados les sonríen en este inicio. ¿Hasta dónde pueden llegar? Si pelean por cada balón, como el sábado, habrá que contar con ellas.

Aiala Zarautz se vino un poco abajo en la segunda parte, quizá algo abrumadas de que todo les estuviera saliendo tan bien en Elche. Pero el partido dura 60 minutos, y las oportunidades perdidas no suman puntos. Lo positivo es que en cada jornada que pasa el equipo demuestra que le queda margen de mejora. Lo siguiente es sumar, aunque será difícil hacerlo ante Rocasa.