Iñaki IRIONDO
gasteiz
PLENO DE POLÍTICA GENERAL EN EL PARLAMENTO DE GASTEIZ

Urkullu planteará un pacto de unión al futuro Gobierno

El lehendakari, Iñigo Urkullu, abogó por el pacto y la negociación con el futuro Gobierno español en materia de autogobierno, «desde el mutuo reconocimiento», porque su propuesta es la «unión desde la libre adhesión». Y lo hizo después de reconocer que durante 35 años el Estado ha degradado e invadido la letra y el espíritu del Estatuto.

Arrancó ayer el último curso de esta legislatura en el Parlamento de Gasteiz con el tono monocorde del discurso del lehendakari. Monocorde en la dicción y monocorde en el fondo. Marca de la casa, en un momento en el que el propio Iñigo Urkullu calificó de «importante» por las citas electorales de este domingo en Catalunya y la de diciembre que traerá un «nuevo Gobierno» en el Estado, lo que espera que puede hacer que se abra una nueva época de relaciones entre la Moncloa y Ajuria Enea.

En esa mejoría de las relaciones, el lehendakari sitúa la posibilidad de buscar, en el ámbito del autogobierno, «un nuevo pacto desde el mutuo reconocimiento y la bilateralidad efectiva». Porque él cree «en la unión desde la voluntad democrática y la libre adhesión y no en la unidad desde la imposición y la unilateralidad».

Y también le planteará Urkullu al futuro inquilino de la Moncloa una propuesta «para recuperar, desde principios legales y humanitarios, el estado de normalidad penal y penitenciario, orientado a la reinserción y la convivencia, sobre la base de los documentos ‘Zuzen Bidean’ e ‘Hitzeman’».

Lo que nadie puede garantizar de momento es que el Gobierno español vaya a cambiar de manos. De momento, lo único cierto es que, estando el PP y el PSOE al mando, tanto unos como otros han incidido en «la degradación de la naturaleza del Estatuto» y en la «degradación práctica de la capacidad y rango jurídico y simbólico del autogobierno vasco, provocada por la legislación invasiva y la jurisprudencia, que devalúan su capacidad legal».

Es decir, el Ejecutivo de Urkullu y su partido buscan un pacto con Madrid, que hasta ahora ha rechazado la bilateralidad imponiendo sus posiciones. Y al mismo tiempo, reconocen que será difícil acercar posiciones con el PSE en la Ponencia de Autogobierno, ni confían en la reforma constitucional de la que habla el PSOE, después de que este partido haya aprobado junto al PP el recurso previo de constitucionalidad para las reformas estatutarias.

«Nación foral»

Los plenos de política general con los que se oficializa el inicio del curso parlamentario nunca han sido un espacio para la emoción. La necesidad de todo gobierno de contar lo bueno que ha hecho y explicitar cada uno de los planes y proyectos que prevé para los próximos meses hacen que tengan siempre una parte tediosa. Pero hubo un tiempo en el que el lehendakari de turno guardaba siempre un conejo en la chistera, que centrara titulares y las reacciones no solo ese día, sino también en los posteriores.

Para que se hagan una idea del nivel de lo padecido ayer en el Parlamento, la máxima novedad que aportó el discurso del lehendakari fue el uso del término «nación foral», que pretende definir que «nuestros derechos históricos, amparados y respetados, pueden dar de sí tanto cuanto pueda alcanzar nuestra capacidad de lograr pactos institucionales, adoptar decisiones políticas que sean refrendadas por la ciudadanía y respetadas».

Derechos históricos y consulta

Hablando de derechos históricos, da la impresión de que tanto al lehendakari como a su partido les molesta que EH Bildu haya dicho que va a basar en ellos su ley para regular las consultas en estos derechos, entendiendo que su actualización pasa por el ejercicio del derecho a decidir. Iñigo Urkullu les espetó que «siempre llegan tarde». Y ni a él ni a Joseba Egibar parecen gustarles los términos de «empoderamiento» y «ciudadanía» que figuran en el título de la proposición de ley.

En su intervención, el portavoz de EH Bildu, Hasier Arraiz, explicó que la propuesta pretende ser una herramienta para que «las ciudadanas y ciudadanos vascos sean protagonistas de las decisiones políticas más importantes en sus vidas» en todos los ámbitos, tanto en lo relativo a la relación con el Estado español como en las cuestiones más cotidianas.

Debe servir «para decidir las prioridades de nuestra economía, nuestro modelo de crecimiento, nuestras infraestructuras, el futuro estratégico de nuestra industria… para decidir todo necesitamos soberanía».

Arraiz recogió la queja del lehendakari de que el autogobierno vasco está siendo sometido a un «maltrató sostenido por parte del Estado español» y mostró su acuerdo en que «no hay que tolerarlo ni un solo año más». Afirmó que «la sociedad vasca necesita que sus propias instituciones gestionen tanto la Seguridad Social como el IVA y los impuestos especiales». Pero señaló también que «eso no es el futuro de este país, eso debería ser anteayer». En todo caso, le dijo al Gobierno de Urkullu que «sepa que cuenta con EH Bildu para iniciar cualquier vía que estime oportuna para hacernos con dichas competencias cuanto antes».

Ni la ley de consultas ni las aspiraciones soberanistas son tampoco del gusto de PSE y PP, como dejaron claro sus respectivas líderes, Idoia Mendia y Arantza Quiroga.

Mendia mostró su oposición a «planes de ruptura» y remarcó que «los socialistas no somos nacionalistas. No vamos a asumir los distintos envolventes de las aspiraciones nacionalistas, sean derecho a decidir, bilateralidad o cualquier otro disfraz lingüístico, como esa nación foral, que es su último hallazgo».

El PSE está dispuesto a una actualización del Estatuto de forma «acompasada» a la reforma constitucional que plantea.

El PP, por su parte, propone una «modernización» del Estatuto, pero sobre todo en cuestiones internas y no para la obtención de mayores competencias. Y siempre admitiendo que el «anclaje» de la CAV en el Estado español «está claro».

Catalunya

Y en un momento en el que pasado mañana, domingo, se van a celebrar en Catalunya unas elecciones plebiscitarias con el fondo de «independencia, sí o no», el lehendakari insiste en poner en valor el Estatuto de Gernika. «Ambicionar un nuevo futuro –dijo Urkullu– no significa ignorar el autogobierno alcanzado. No podemos despreciar los logros de quienes nos precedieron en la construcción de esta Euskadi».

El problema es que «el marco actual no respeta el espíritu inspirador del pacto estatutario de 1979 que asentaba los principios de ‘sujeto’, ‘bilateralidad’, ‘pacto’ y ‘garantías’».

Al lehendakari, lo que ocurre en Catalunya le merece respeto por lo que decidan los catalanes, pero insiste en que en la CAV se ha emprendido otra vía. Y enumeró diversos momentos históricos en los que los dirigentes de ambas partes han adoptado caminos divergentes.

Le molestó incluso al lehendakari que Gorka Maneiro, de UPyD, le reprochara estar «agazapado» a la espera de lo que ocurra en las próximas elecciones en Catalunya y en las generales de diciembre. En una de las pocas veces que subió algo el tono de su intervención, Urkullu contestó que cómo se le puede decir a él que está «agazapado» cuando «invoca el espíritu del pacto estatutario, el cumplimiento del Estatuto de Gernika y la Disposición Adicional Primera de la Constitución Española» que recoge los derechos históricos.

Por contra, para Hasier Arraiz los pasos que da Catalunya son un acicate, hasta el punto de afirmar que «quien en este momento no toma partido de forma clara y sin ambigüedades a favor del derecho a decidir libre y democráticamente de los catalanes y catalanas colabora activamente con el nacionalismo español más excluyente».

Para EH Bildu, «este Parlamento no se puede limitar a ser el primero que reconozca al Estado catalán independiente», lo que añadió que también «será un gran honor». Para el portavoz independentista, ahora «nuestra tarea histórica es poner en macha ya mismo el proceso constituyente vasco de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa».

Sin embargo, está claro que ni el lehendakari ni el PNV son de esa opinión. Su apuesta es la negociación y el pacto, aunque todavía no tengan a nadie sentado al otro lado de esa mesa.

 

Diálogo de sordos en torno a la violencia, la paz y la convivencia

Desde que se incluyó en el documento del colectivo de víctimas Eraikiz, hay una nueva frase tótem en el terreno de la paz y la convivencia –«Matar estuvo mal»– y un único destinatario para que la pronuncie: EH Bildu. Ayer, su portavoz, Hasier Arraiz, dijo que a sus hijos e hijas les dirán que «la violencia es siempre el peor camino, incluso cuando pensamos que no hay más remedio». Es más, anunció que proponen la activación de la Ponencia de Paz, sin poner condiciones a nadie y «aceptando el llamado suelo ético y el documento Eraikiz como puntos de partida». Pero nada. Tanto Iñigo Urkullu como los demás partidos siguen con que tienen que condenar a ETA y decir que «matar estuvo mal». Como apuntó Hasier Arraiz, quizá es simplemente que no se les quiere escuchar.

Dijo más cosas Arraiz en este campo. Aseguró que frente al Estado que demuestra con la última operación que no quiere resolver el conflicto, EH Bildu afirma su determinación de darle solución, «desde sus raíces hasta su última consecuencia, traer a todos los presos a casa y lograr la paz». Y añadió que «nuestro compromiso es la garantía de que este proceso es irreversible», porque «si alguien pretende reabrir el ciclo de las violencias, nos va a tener frente a frente». También recordó Arraiz a quienes hablan del pasado que quienes posibilitaron que algunas cosas sean pasado están en la cárcel, como Arnaldo Otegi.

Pero este tipo de afirmaciones encuentran poco eco en el lehendakari, quien se felicita tras la última operación policial de que «el extremo debilitamiento de ETA es un hecho positivo». A partir de esa premisa, insistió en reclamar el desarme y que la organización haga «un reconocimiento del daño injusto causado, algo tan sencillo como decir que matar estuvo mal». Urkullu pidió también a la izquierda abertzale «que levante el veto colectivo que impide a los presos optar a los beneficios penitenciarios individuales y transitar por las vías legales de reinserción y resocialización». Y lo hizo en vísperas de que hoy la Audiencia Nacional vea los recursos de varios de estos presos.I.I.

 

Declaraciones

«Como Nación Foral, nuestros derechos históricos pueden dar de sí tanto cuanto pueda alcanzar nuestra capacidad de lograr pactos institucionales, tomar decisiones que sean refrendadas por la ciudadanía y respetadas»

Iñigo URKULLU

Lehendakari

«Mientras Catalunya se independiza, nuestra tarea histórica es poner en marcha ya mismo el proceso constituyente vasco»

Hasier ARRAIZ

EH Bildu