Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

Mou, Guus, Pep...

Baile de entrenadores en la antesala del parón navideño, a excepción del tradicional Boxing Day inglés con el Leicester más líder.

George Graham, un exfutbolistas escocés que jugó entre otros en el Chelsea, solía decir: «Cuando un entrenador nuevo llega a un vestuario, lo primero que debe recordar es que esos desgraciados fueron los que echaron al anterior entrenador». José Mourinho no ha llegado a comer el turrón en Londres. Su padre, que fue entrenador en Portugal, llegó a ser despedido en una cena de Navidad. A su hijo el cese le ha llegado unos días antes. Y casi al mismo tiempo el nombramiento de su sustituto. Esta jornada, ya sin el luso en el banquillo blue, la grada de Stamford Bridge le mostró su apoyo a través de pancartas, cánticos y también abucheos hacia determimados jugadores, sobre todo, Cesc Fábregas y Diego Costa. En el estadio estaba siguiendo el choque que el Chelsea ganó 3-1 el costamarfileño Didier Drogba, actual jugador del Impact Montreal, que suena como ayudante del nuevo técnico, el holandés Guus Hiddink.

A Gert Hiddink le llamaban el ‘Stanley Matthews’ de Varsseveld, un pueblecito holandés de 6.000 habitantes a 10 kilómetros de la frontera con Alemania, esa que los nazis cruzaron en 1940. La guerra se interpuso en su fútbol y con el tiempo él fue designado por los alemanes para distribuir los cupones de alimentos. Pero Gert aprovechó su situación para manipular censos para conseguir más comida, ayudar judíos, hacerles llegar sustento e incluso llegó a ocultar a tres de ellos en su propia casa. Y no lo hacía por motivaciones políticas, sino porque, cuentan, era simplemente una buena persona. Incluso ayudó a dos pilotos aliados derribados, a los que fue a buscar en bicicleta antes de que fueran detectados por los alemanes y utilizó sus influencias para devolverles a zona segura. El propio Eisenhower se lo agradeció con una medalla. Hoy, uno de los puentes próximos a su domicilio se llama Hiddinkbrug en su honor.

El tercero de sus seis hijos nació en 1946. Guus Hiddink. Un centrocampista vulgar que llegó a militar en el PSV Eindhoven dos campañas, pero que desde entonces ha trazado una exitosa carrera como entrenador. Sin ir más lejos, tras su buen hacer con la selección coreana en el Mundial de Corea, el holandés recibió la ciudadanía honorífica junto a otros reconocimientos privados como vuelos gratis de por vida en Korean Airlines, se bautizó con su nombre el estadio de Gwangju donde se clasificaron para semifinales...

Es la segunda vez que el Chelsea recurre a Hiddink, que llega para quedarse de momento hasta mayo. Mes a partir del cual se da casi por seguro que Pep Guardiola llegue al banquillo del Manchester City, después de que el Bayern de Munich confirmara no solo su marcha al final de curso, sino también quién le sucederá al frente de los bávaros: el ex del banquillo del Real Madrid, Carletto Ancelotti. Con el sitio de Louis van Gaal en entredicho después de una nueva y sangrante derrota de su United en casa, 1-2 ante el Norwich, en Inglaterra ya se empiezan a frotar las manos con una futura Premier con el catalán en el City, Hiddink en el Chelsea, Klopp en un Liverpool que se llevó un 3-0 ante el sorprendente Watford que entrena Quique Flores...

Baile de sillas y a todo esto el líder Leicester que sigue a lo suyo. Nada que ver su actual momento de fútbol y resultados con aquel en que, allá por 2001, su jugador Dennis Wise, en la fiesta navideña del club, le regala a su compañero Robbie Savage una caja con 5.000 condones y una dedicatoria: «Para ti, que eres el único capullo de este equipo». Savage reaccionó lanzándole chocolate a su cara y la cosa acabó en puñetazos.

Hoy todo ha cambiado. Navidad de 2014, los ‘zorros’ eran últimos en la Premier con 10 puntos; Navidad de 2015, son líderes con 38. El domingo volvieron a sentenciar, 2-3 a un Everton de Roberto Martínez que no termina de responder a las expectativas y el español puede ser otro que deje su lugar en junio.

Duelo de holandeses

Así las cosas, se viene en las Islas el popular Boxing Day, la tradicional fiesta del fútbol inglés este fin de semana. El alsaciano Arsene Wenger reconoció una vez que lloraría si no hubiera fútbol en Navidad. Tras ganar 2-1 este lunes al City y ponerse segundo en la tabla, tiene un par de partidos asequibles antes del fin de año, a la espera de que este sábado el Leicester tropiece en su visita al Liverpool. Eso sí, el duelo más atractivo será el día 28, United-Chelsea, duelo de holandeses en los banquillos.

Una silla eléctrica que a Pep Guardiola le empezaba a quemar. El mítico Karl Heinz Rummenigge declaró esta semana en ‘‘Bild’’ que el de Sampedor «me comunicó hace dos semanas que buscaba un nuevo desafío y casi me pidió perdón por ello». El rumor acabó en comunicado oficial y el catalán dejará un Bayern más líder tras volver a ganar y tropezar el Dortmund en su visita a Colonia. Ocho puntos ya entre ambos antes del parón navideño, que a los de Munich les ha llegado con sorpresa, sí, pero también con regalos: las cantadas renovaciones de Xabi Alonso (2017), Müller y Javi Martínez (2021).

También prolonga contrato con ellos el defensor Jérôme Boateng, el hermano dócil de los Boateng. El rebelde es Kevin Prince, al que el Schalke le acaba de rescindir el contrato por «falta de lealtad» al club y, sin equipo, el Milan anuncia que regresa con ellos en 2016. Hermanos por parte de padre, pero no de madre. El polémico Kevin Prince, ghanés, se crió en el barrio berlinés de Wedding donde «solo puedes ser traficante de drogas o futbolista». Se decantó por lo segundo. Jérôme, alemán, pertenece al barrio de Wilmersdorf, con un alto porcentaje de inmigrantes pero un aire mucho más respetable y noble. Tanto uno como otro destacaron en las categorías inferiores de sus respectivos equipos de barrio y coincidieron por primera vez en los filiales del Hertha de Berlín. Luego, su trayectoria... y su vida tomaron rumbos diferentes.

«Pipita», enamorado del gol

El que también sigue su línea de ‘chico malo’ y no se desvía de ella es el brasileño Felipe Melo. «Quiero ganar siempre. El Inter me paga para ser malo y profesional», se confesó hace un tiempo en ‘‘La Gazzeta’’. Esta jornada volvió a protagonizar una acción violenta, propinando una tremenda patada en el rostro del argentino Lucas Biglia en el Inter-Lazio, lo que le ha costado tres partidos de castigo. Y encima los nerazurri, líderes, cayeron 1-2 ante un Lazio que llevaba siete partidos sin ganar, para disgusto de sus aficionados.

Perdieron y el tropiezo lo aprovecharon todos sus perseguidores, que ganaron, incluso el Milan. El que mejor lució, una Juventus que con dos goles más del croata Mandzukic está ya a tres puntos de la cabeza. Todo lo contrario de otro delantero en horas bajas como su equipo, la Roma: el bosnio Dzeko fue expulsado por insultar al árbitro y le han caído dos partidos. Dos, pero goles, anotó en su suma y sigue el Pipita Higuaín, capocannoniere con 16 dianas, un tipo sensible, de madre pintora, padre futbolista, el Pipa claro, nacido por casualidad en Francia, dicen que muy enamoradizo, poco fiestero... y goleador.

En Francia juega seguramente su último año Zlatan Ibrahimovic, al que David Beckham tienta a la espera de que el inglés comience a dirigir su franquicia de Miami en la MLS: «Si está en activo, quiero ficharlo de inmediato. ¿Quién no quiere a un hombre dispuesto a matar por ganar?». Hasta el charrúa Diego Forlán, campeón con Peñarol, y a sus 36 años, dice que le tienta el fútbol USA. Y es que como dijo Eduardo Galeano, «el gol es el orgasmo del fútbol... y como el orgasmo, cada vez escasea más». Y si ellos lo dejan...