Juan Carlos Esparza, Gillen Carroza, Koldo Castañeda y Carlos Pérez
IE, Podemos-Ahal dugu, EH Bildu y Geroa Bai, respectivamente
KOLABORAZIOA

Autocrítica necesaria tras los resultados de Cambio-Aldaketa

Tras la jornada electoral del pasado 20 de diciembre y después de unos días de reflexión, es hora de valorar los resultados obtenidos por la candidatura unitaria al Senado Cambio-Aldaketa y las causas que nos han llevado a estos resultados no deseados, puesto que no hemos conseguido el objetivo de ser la primera fuerza en Navarra para el Senado y llevar a nuestros tres representantes a la Cámara Alta. De hecho, el pasado 20 de diciembre Cambio-Aldaketa obtuvo 60.000 votos menos que los obtenidos para el Congreso entre las cuatro fuerzas del cambio.

Desde la misma noche electoral asumimos nuestra responsabilidad y la urgente necesidad de hacer autocrítica. El exceso de confianza de las formaciones políticas para conseguir ser la primera fuerza al Senado ha sido la principal causa del fracaso cosechado. Haber cerrado el acuerdo con tan poco margen con respecto al día de las elecciones también ha jugado en nuestra contra y hemos de admitir que no hemos sido capaces de dar a conocer la marca Cambio-Aldaketa a la sociedad. Este hecho se evidenció durante toda la jornada electoral, ya que las personas apoderadas de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos y Unidad Popular tuvimos que explicar de manera constante cuál era nuestra apuesta para el Senado a todas aquellas personas que preguntaban dónde estaba o cuál era nuestra opción.

Las formaciones que el pasado mes de mayo impulsamos el cambio para el Gobierno de Navarra, que seguimos haciéndolo en las instituciones locales y en el Parlamento y que hemos impulsado también Cambio-Aldaketa asumimos toda la responsabilidad de los resultados obtenidos por la candidatura unitaria al Senado en estas elecciones.

No obstante, tenemos que agradecer a las 97.521 personas que votaron a Cambio-Aldaketa. Hemos cometido errores, sí, pero también queda el poso. Tenemos que mirar al futuro y valorar la parte positiva de haber impulsado una iniciativa que ha aglutinado a personas de diferentes formaciones políticas y que además ha tenido un importante respaldo social a pesar de la campaña realizada.

La fórmula utilizada, agrupación de electores, si bien materializaba la unión de fuerzas, que no de siglas, y daba un carácter amplio y ciudadano a la candidatura en elementos tan importantes como la implicación de candidatos y candidatas independientes o en una financiación exclusivamente ciudadana, también tuvo su lado negativo al imposibilitarnos la ley la utilización de siglas y logos de las formaciones que impulsábamos Cambio-Aldaketa y con ello la posibilidad de hacer campaña al Senado de manera unitaria, ni mandar a cada domicilio nuestras papeletas junto a la de Cambio-Aldaketa.

Sin que sirva de excusa, también requiere una reflexión general que tras 12 elecciones generales, ni la sociedad navarra ni la estatal tengan claro cómo se vota a los y las representantes para el Senado. De la misma manera, llama la atención que en unas elecciones donde la fuerza más votada al Congreso, el Partido Popular, se ha quedado lejos de la mayoría absoluta, sí haya logrado esa mayoría absoluta en el Senado.

Por último, esperamos que el esfuerzo hecho entre las cuatro formaciones para contar con la presencia tanto de Idoia Villanueva como de Anika Lujan sirva para romper con el bipartidismo que ha copado la representación hasta ahora y a la vez para trasladar con más fuerza las cuestiones que afectan a los navarros y navarras.