Otro día más las bolsas europeas cerraron a la baja. Los intentos de rebote eran anulados con fuerza al final de la jornada y ahora toca esperar una nueva oportunidad. El Ibex llegó a superar incluso los 9.000 puntos, pero los miedos siguen siendo imposible de disipar. Jornada tras jornada se han acumulado malas noticias para los inversores. China daba un nuevo golpe ayer con las abultadas pérdidas de sus índices bursátiles, mientras que el petróleo mantiene su tendencia de fondo bajista y los expertos proyectan sus estrategias con precios todavía más bajos. En el horizonte cercano también aguarda su momento de mayor protagonismo la desestabilización de los países emergentes, endeudados en dólares, y que deberán sufrir las consecuencias de la subida escalonada de los tipos de interés en Estados Unidos, las depreciaciones de sus monedas y la bajada de los precios de las materias primas. Evidentemente, esta situación perjudicará también directamente los beneficios de las empresas con negocios en los países afectados. El Ibex acabó con 8.886,10 puntos, después de recortar un 0,26%. Desde el comienzo de año ha bajado ya 658 puntos. La figura de las gráficas no era diferente en el resto de plazas europeas. Fráncfort retrocedió un 0,25%, y París, un 0,49%. Ambos índices mantienen ahora menos de un 1% de las ganancias de 2015. Londres, por su parte, se dejó un 0,69%. En el Ibex, OHL (-4,16%), Sacyr (-3,27%) y Repsol (-2,16%) recibieron los mayores castigos de la jornada, mientras que Gas Natural (+1,35%) y Santander (+0,99%) lideraron los avances. En París, los peores del día fueron LafargeHolcim (-3,05%) y Essilor (-2,34%). Los títulos de Vinci (+2,16%) y Renault (+1,18%) tuvieron el mejor comportamiento.