Arnaitz GORRITI
Laboral Kutxa Baskonia

Concordato de las piernas y la cabeza

A falta de brillantez en el ataque estático, el buen trabajo defensivo baskonista propició múltiples pérdidas a la Penya y una fácil victoria a partir del descanso.

FIATC JOVENTUT 68

LABORAL K. BASKONIA 89


El cansancio es un estado mental. Eso, o algo parecido dijo alguna vez Dusko Ivanovic, cuestionado sobre el posible castigo físico que pudiera padecer su equipo entre tanto trajín de viajes y partidos. Entrenados por Velimir Perasovic, los actuales jugadores de Laboral Kutxa Baskonia le dieron la razón al preparador de Bijelo Polje. A Perasovic le costó más que los suyos mantuvieran la concentración, y no tanto que corrieran. Así, cuando la cabeza y las piernas se pusieron de acuerdo en el mismo propósito, el cuadro gasteiztarra logró desarbolar a un Joventut bastante pobre.

Dos triples de Adams, compensando dos pérdidas del propio base y otra de Hanga, Saski Baskonia se adelantaba 2-8, lo que no fue otra cosa sino el arranque de un cuarto en forma de tobogán. Ambos equipos competían en errores a la hora de regalar balones y errores en el tiro libre, al tiempo que sumaban con mayor facilidad de dos que de tres. Minutos de tanteo o de tonteo, en el que los de Salva Maldonado, empleando a Sergi Vidal como base de emergencia, sacaban la cabeza por 17-16, mientras que Laboral Kutxa Baskonia intentaba poner el ritmo que más le convenía, sin conseguirlo del todo.

Y tanto que no lo conseguía, mientras que los «cachorros» de la Penya, Llovet, Abalde y Nogués, protagonizaban un breve estirón verdinegro, llegando a poner el marcador en 26-20, aprovechando en el ínterin una técnica a Bourousis, que lleva unos diez días fuera de su estabilidad habitual.

Tuvo que ser un «currante» como Jaka Blazic quien pusiera algo de cordura a los de Perasovic. Un triple por aquí, un par de rebotes por allá, y con varios tiros libres de Bourousis volvían a poner las cosas en su sitio. Más aún, a medida de estabilizar su tino desde la «distancia de la caridad», los tiros libres proporcionados «de regalo» por la Penya devolvían cierta calma a los gasteiztarras, mientras que confiaban su defensa a una fuerte primera línea de presión y el desacierto verdinegro desde más allá de la línea del triple. Por otro lado, olvidarse de la sobredosis triplista le sirvió al conjunto baskonista para hallar muchas más comodidades en el tiro, explotando su manifiesta superioridad en la pintura.

Cinco puntos de Adams cerraba unos minutos de desconcierto, y al mismo tiempo abría la renta baskonista hasta la decena, 30-40; un resultado que en tiempo de descanso mutaría en 37-42, después de que Vidal cerrase un parcial de 5-0 con una canasta sobre la bocina tras pérdida de Mike James. La sensación que daba el partido era que, cuanto menos caos, mejor le iba a ir al Baskonia.

Defensa y contraataque

La charla de Velimir Perasovic debió ser pedagógica en grado sumo. Laboral Kutxa Baskonia se afanó de lo lindo en solventar el partido, y lo logró.

Hanga fue uno de los ejemplos más claros de este juego del Baskonia que defiende, corre y se libera, olvidándose de pérdidas y de tener que tomar decisiones de continuo. El húngaro sumaba tres robos, siendo su aportación la culminación de un trabajo colectivo más que adecuado, al tiempo que la Penya se desesperaba por momentos, incapaz de ponerle pausa a sus intentos de remontada, y sin que su balance defensivo estuviera a la altura gasteiztarra.

Tras el 50-64 del final del tercer cuarto, el Baskonia remataba el partido con un parcial de 0-12. Todo fue que las piernas y la cabeza se pusieran de acuerdo.