Alberto PRADILLA
MADRID
Entrevue
LANDER MARTÍNEZ
SECRETARIO DE ORGANIZACIÓN DE PODEMOS-AHAL DUGU

«La vía del referéndum no se ha agotado, acaba de empezar»

Nacido en Gasteiz en 1989 pero residente en Bilbo, Lander Martínez es de esas personas que se sumaron a Podemos desde el principio. Ahora será una de las figuras más importantes de la dirección liderada por Nagua Alba, que se impuso en las recientes primarias.

¿Las primarias han permitido superar la división interna? La lista «Kaliangora» pide una auditoría externa.

Existen heridas porque ha habido conflictos. Una de las labores que tenemos es resolverlos y conseguir una organización cohesionada. No tenemos ningún problema, pero no entendemos muy bien qué significa auditar algo que ya está auditado de manera privada. Las dudas son nulas. Cada uno tiene su manera de asumir los resultados.

Se les ha acusado de ser la «sucursal» de Madrid.

Obviamente, no. Creemos en la autonomía que tiene Podemos Euskadi como organización política, que se integra dentro de una organización estatal, que tiene su marco organizativo y político con el que hay que estar en conjunción, pero las decisiones que competen a Euskadi se toman en Euskadi.

En el Congreso español tienen subgrupos de Galiza, Catalunya y País Valencià. ¿Por qué Euskal Herria queda fuera?

No es que quede fuera de la lógica plurinacional, porque dentro del discurso siempre se ha entendido a Euskal Herria como nación dentro de las naciones históricas que existen en el Estado español. Sí que se ha dado una conformación política concreta en territorios en los que ha habido confluencias. Esta es la razón de tener grupo propio.

Una de las posiciones que caracterizó el mandato de Uriarte fue la extremada beligerancia con la que se dirigió a EH Bildu. ¿Comparte esta posición?

Hay que hablar con cualquiera que consideremos agente del cambio. En cuestiones socioeconómicas tenemos muchas coincidencias. No entendiendo a la izquierda abertzale como adversario, tampoco entendíamos que hubiese una actitud beligerante con quien tiene detrás un grupo sociológico que simpatiza con la política que predicamos. No creemos que la mejor actitud con ciertos agentes sea la beligerancia.

Arnaldo Otegi lanzó una mano tendida a la «nueva izquierda española». ¿Cómo lo valora?

Cualquier gesto en clave positiva lo interpretamos de manera positiva. Me quedo con esa parte del discurso en la que decía que no creía que hubiera posibilidad de democratizar el Estado pero que aquel que lo intentara podría contar con ellos. Aunque él no crea en ese proceso de democratización, nosotros, de momento, creemos y avanzaremos en él. Cuantos más agentes del cambio se sumen, mejor.

Defienden la democratización del Estado, pero solo 99 de los 350 diputados defienden el derecho a decidir. ¿Cuál es la alternativa a este veto?

Ya se ha dado un gran salto. Un tercio del Congreso está a favor del derecho a decidir. Existen fórmulas en la Constitución que permiten avanzar en favor del referéndum. Cuando no existe la posibilidad de que sea inmediato hay dos vías de trabajo: una es el Congreso español y otra es el Parlamento vasco. Si el Parlamento vasco toma la decisión de que una nación tiene que ejercer su derecho a decidir y celebrar un referéndum, estaremos en esos frentes políticos.

Son críticos con la vía unilateral hacia la independencia. Sin embargo, ¿qué alternativa existe ante el veto a la consulta?

Obviamente, cuando nosotros planteamos un proyecto estatal no vemos con buenos ojos que haya una vía unilateral para la separación de una parte del Estado; apostamos más por que esa parte decida de qué manera quiera relacionarse. En ese momento habrá diferencias entre quienes apuesten por la vía unilateral y la que propone Podemos. De todos modos, se trata de hacer política-ficción, porque el planteamiento es qué ocurre cuando se agota la vía del referéndum. Esa vía no se ha agotado. De hecho no ha hecho más que empezar: la defensa del derecho a decidir ha avanzado exponencialmente en el Congreso.

¿Cree que la próxima legislatura puede ser decisiva en términos de derecho a decidir?

Sí. Una legislatura en la que pudiera haber un gobierno de cambio en Euskadi tiene que avanzar en muchos asuntos que afectan al marco vasco: no solo en la cuestión territorial, también en cuestión social y económica. Un proceso de democratización de Euskal Herria pasa también por escuchar las reivindicaciones territoriales de la sociedad vasca. No solo en la próxima legislatura, sino que los próximos diez años pueden ser de avance en esta cuestión.

Pablo Iglesias respondió a Otegi exhibiendo su «orgullo» por ser español. ¿Cree que estas muestras de nacionalismo les perjudican en Euskal Herria?

Puedo entender que haya gente que no se sienta cómoda cuando escucha a Pablo Iglesias decir que se siente orgulloso de ser español. Uno de los avances pendientes es que diferentes personas con diferentes identidades nacionales, o incluso sin identidad nacional, se sientan cómodas y respetadas. Ese es uno de los retos de cara al derecho a decidir y la pluralidad en Euskadi: que cada persona, con su propia identidad, se sienta cómoda, se pueda sentir orgullosa y no se entienda como una posición nacionalista de confrontación.

¿En qué se diferencia esta posición de la «unidad en la diversidad» que plantea el PSOE?

El PSOE tiene un discurso que termina por defender la unidad de España a toda costa. Nosotros marcamos una diferencia. Entendemos que la diversidad y la pluralidad es buena, que es posible tener un proyecto común, pero que pasa por permitir que aquellas naciones que no se sientan cómodas en el Estado puedan decidir cómo se relacionan con ese Estado.

¿Se ven en un gobierno de coalición con EH Bildu?

Todavía no nos lo hemos planteado. Tenemos tendencia a no buscar gobiernos de coalición sino, en todo caso, apoyar o ser apoyados en investidura. Habrá que ver los números reales.

El lehendakari Iñigo Urkullu les hizo un guiño en una reciente entrevista. ¿Se ven apoyando al PNV en el gobierno?

De ninguna manera. El PNV sí que es nuestro adversario político. El objetivo es desalojarlo de un sitio que lleva ocupando demasiado tiempo.

Las pugnas internas en Podemos no son exclusivas de la CAV. ¿Cómo se vive el supuesto enfrentamiento entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón?

Hay una estrategia mediática que pretende utilizar ciertos debates para representar una fractura inexistente a nivel estatal. Lo único que consigue es un mayor clima de unidad de cara a la organización, a Iglesias, a Errejón y a toda aquella gente que aparece perjudicada.

Alguien que sí se involucró en las primarias de la CAV fue Juan Carlos Monedero. ¿Que «Kaliangora» perdiese es una derrota personal?

Fue sorprendente que invirtiera tantos días en Euskadi. Ya no es dirigente, aunque es una figura pública y puede apoyar a quien quiera. Aún así, el resultado no fue el más beneficioso para la lista que él apoyó. No es una derrota personal, él se implica porque tiene relaciones personales con personas del entorno de Roberto Uriarte, pero en primarias cada uno sabe lo que hay.

 

«La dispersión es un castigo añadido a las familias y debe terminar ya»

Han pasado ya cinco años desde que ETA anunció su cese definitivo. Sin embargo, todavía quedan asuntos pendientes como el desarme, el reconocimiento de todas las víctimas o la política carcelaria. ¿Cuál va a ser la aportación de Podemos-Ahal Dugu en estas materias?

Tenemos el objetivo de ser un agente activo en el proceso de paz y de convivencia. Hay varios puntos que hemos tratado y que has mencionado en la pregunta. Entendemos que ha llegado el momento en el que ETA tiene que desarmarse y disolverse, y ha llegado el momento de seguir avanzando en el reconocimiento de todas las víctimas que ha habido en este conflicto. No me gusta hablar de unos y otros pero todos entendemos que ha habido víctimas de ETA, del Estado, del GAL... También hay que avanzar en materia de política penitenciaria. Hemos dejado claro más de una vez que la dispersión la entendemos como un castigo añadido a las familias y que atenta contra los derechos fundamentales de los presos y que debe terminar ya. No solo no la concebimos ahora sino que tampoco cuando ETA mataba.

Pablo Iglesias fue duramente criticado por lanzar un tuit en el que se alegraba por la liberación de Arnaldo Otegi. Determinadas reivindicaciones o defensa de derechos están todavía muy penalizadas en el Estado. ¿Tienen miedo a pagar en las urnas esta posición de apoyo a los derechos humanos?

No solo en el caso de Otegi, sino de muchas personas que están presas, como el propio «Alfon». Ciertas luchas sociales o determinados preceptos políticos están criminalizados. En vez de avanzar hacia una apertura de cualquier tipo de planteamientos políticos nos encontramos, por ejemplo, con que hacer una huelga está penalizado. Cosas legítimas, como reivindicar la independencia, aunque no esté de acuerdo, pueden terminar penalizadas. Todavía hay que hacer muchos avances.A. P.