Tras un intenso debate, los diputados chilenos aprobaron la interrupción del embarazo en tres supuestos: peligro de muerte para la madre, inviabilidad fetal y cuando el embarazo es fruto de una violación. Los diputados votaron por separado cada una de las tres causas. «Estamos ante un día histórico. Vemos una voluntad política de dejar a las mujeres tomar sus propias decisiones», celebró la diputada del oficialista Partido Comunista Karol Cariola.

Hasta 1989 y por más de 50 años, el aborto estuvo permitido en casos de peligro de muerte de la madre o inviabilidad del feto, pero antes de dejar el poder, el dictador Augusto Pinochet (1973-1990) lo prohibió en cualquier circunstancia.

La tramitación de la iniciativa mostró la cara más conservadora de la oposición de derecha, que cree que no es necesario legislar cuando está en riesgo la vida de la madre, mientras que en casos de violación o inviabilidad fetal defienden el acompañamiento de las futuras madres.

Diputados opositores llegaron a decir que el proyecto de ley impulsado por la presidente Michelle Bachelet es «la antesala a legalizar la eugenesia» y afirmaron que se trataba de la «ejecución» de miles de niños.