El teutón Nico Rosberg, subcampeón en las dos últimas ediciones, se colocó líder del Mundial de Fórmula Uno tras vencer en el espectacular Gran Premio de Australia, marcado por el aparatoso accidente de Fernando Alonso, quién salió ileso del percance. El piloto alemán consiguió así el decimoquinto triunfo en su palmarés, superando en el Albert Park de Melbourne a su compañero de escudería y gran rival, Lewis Hamilton.

De este modo, Mercedes volvió a dejar patente que quiere continuar siendo la escudería dominadora del gran circo, aunque por lo visto ayer en el circuito australiano, Ferrari va a hacerle una seria competencia. Sebastian Vettel, tercero al final, rebasó antes de la primera curva a las flechas de plata, sorprendidas también por el otro caballino rampante, el de Kimi Raikkonen.

Alonso vuelve a nacer

Sin embargo, el tremendo accidente de Fernando Alonso, que volvió a nacer y provocó el parón de la prueba, y una pifia al entrar en boxes perjudicaron sobremanera a Vettel, quien se vio superado por Rosberg. El percance del piloto asturiano se produjo cuando corría la decimoséptima vuelta e intentaba adelantar al mexicano Esteban Gutiérrez, pero se equivocó en una frenada, como él mismo reconocería posteriormente.

Su fallo, a 310 kilómetros por hora, derivó en un toque de ruedas, un golpe brutal sobre la barrera izquierda de la pista, salir disparado su monoplaza por los aires, dos vueltas de campana y volver a estrellarse contra una protección de neumáticos. El McLaren quedó destrozado, pero Alonso salió por su propio pie, demostrando una vez más la eficacia de las exigentes medidas de seguridad de este peligroso deporte.

La victoria de Rosberg llegó en el trigesimoquinto giro por el citado error del pequeño Kaiser, que le cedió el triunfo en bandeja. En un par de semanas tendrá ocasión de reivindicarse, en el Gran Premio de Barein.