La frase que abre “Listen To Me Marlon” es toda una declaración de principios: «Todo el mundo tiene una historia que contar. Todo el mundo esconde algo». Una frase que aplicada al protagonista de este excelente trabajo, Marlon Brando, suscita en la imaginación todo tipo de secuencias. Dirigido por Stevan Riley, este largometraje documental orbita alrededor del inmenso –en todos los sentido– Brando y sabido el status de hermitaño que adoptó en sus últimos años, no resulta difícil imaginar al “monstruo” protegido entre las penumbras de su mansión de Beverly Hills y retomando el rol de Kurtz que legó para la posteridad en “Apocalypse Now”. Mucho de ello topamos en esta producción que ha sido elaborada mediante imágenes de archivo, entrevistas poco conocidas y la multitud de grabaciones de audio que  realizó y en las que nos revela la época de agitación y tragedia que estaba padeciendo.

El mejor

La tragedia, en su vertiente más clásica, sirve de epicentro a un proyecto que incide en la terrible relación que el actor mantuvo con su padre, el nacimiento de sus hijos, la desconfianza hacia el mundo del cine, la obsesión por mantener a sus hijos alejados de la fama, o su enfermedad. Todo ello quedó registrado en más de 300 cintas de audio que conforman la piedra angular de este documental cuyo visionado evoca una sensación de inquietud constante.

Según ha señalado su autor, Stevan Riley, “Listen To Me Marlon” se trata de «un viaje al interior de la cabeza de una de las estrellas más esquivas e inusuales de la historia de Hollywood. Un hombre espiritual y hermoso. Infantil, lujurioso, intelectual, travieso, evasivo y brutalmente franco. Uno de los mejores actores de su generación, si no el mejor».