Aritz INTXUSTA
IRUÑEA

UPN afronta su congreso sin cizaña

El día 24 de abril, UPN afronta su Congreso adelantado. La guerra intestina entre facciones parece haberse esfumado tras la derrota de Amelia Salanueva en el «congresillo» que validó el liderazgo temporal de Javier Esparza, el candidato que les llevó a perder el Gobierno. El propio Esparza se perfila como el único aspirante a dirigir el partido durante cinco años. Eso sí, la condición para un congreso tranquilo es que el próximo cabeza de lista sea elegido en primarias.

UPN ha escogido un lema con tintes victimistas para su X Congreso: “Todos somos Navarra”. La campaña para animar a sus simpatizantes habla de «discriminación lingüística» y trata más de lo que está haciendo el Gobierno del cambio que de las propuestas de UPN. Todo muy lejos todo de la fanfarrona campaña de “Navarrísimo” con la que perdieron las elecciones. El partido mayoritario en Nafarroa y, sobre todo, las distintas familias que conviven en él, acuden a la cita que marcará la línea de los próximos cinco años en tono conciliador y con el hacha aparentemente bajo tierra.

A apenas tres semanas para que se vote en Baluarte, solo el actual líder, Javier Esparza, ha dado el paso de presentarse. Aunque carga con el lastre de haber perdido las elecciones, el de Agoitz tiene el camino bastante despejado ya que derrotó hace solo siete meses a la favorita de Miguel Sanz, Amelia Salanueva. Aun así, el plazo para presentar candidaturas no se cierra hasta el día 8.

Con la dimisión de Barcina, Esparza ha logrado que haya calma chicha en el Congreso, después de tres años de guerra interna. En parte, también lo ha conseguido gracias a que se va a introducir un cambio en los estatutos para que el próximo candidato sea elegido mediante primarias.

Si se modifican los estatutos tal y como se baraja en las ponencias, los militantes no solo elegirían al cabeza de lista en las elecciones navarras, sino también «a los candidatos al Congreso y el Senado», según explicó ayer Oscar Arizcuren, actual secretario general de UPN. Además se estudian otras medidas de cara a lograr un equilibrio territorial de cargos por merindades, cosa que antes no existía.

Otra modificación interesante la propone el expresidente Miguel Sanz y consiste en limitar el número de casillas que puede marcar cada elector, para de este modo evitar que la Ejecutiva esté copada solamente por los candidatos de la lista mayoritaria. De salir adelante, una lista de críticos tendría varios cargos garantizados. Esto evitaría la descompensación que se provocó en el IX Congreso, cuando la lista de Barcina, con un 51% de los votos, copó 16 de los 17 puestos de la Ejecutiva.

Todas estas ideas que se trabajan en las ponencias se llevan este sábado al Consejo Político, que tiene unos 250 miembros, que validará ese dictamen. Si obtiene el visto bueno del Consejo, los militantes del partido podrán votar estas modificaciones estatutarias además de elegir en votación directa todos los cargos de la Ejecutiva para los próximos cuatro años.

Cronología

17 marzo 2013

Yolanda Barcina y Alberto Catalán se disputan el liderazgo en el IX Congreso. Gana Barcina con un 51% de los votos. Debido al sistema de representación, todos los «catalanistas» se quedan fuera de la Ejecutiva.

25 noviembre 2014

La herida mal cerrada en el Congreso provoca una pelea sobre quién debe ser el candidato. Se presentan Javier Esparza, Amelia Salanueva, Catalán y Juan Ramón Rábade. Salvo Esparza, todos quieren primarias, porque el Consejo Político está controlado por Barcina.

29 noviembre 2014

Barcina se resiste a las primarias y se elige al candidato en el Consejo Político. Salanueva y Rábade se retiran para que Catalán tenga una oportunidad. Pese a todo, gana Esparza, favorito de Barcina.

14 marzo 2015

Esparza amenaza con dimitir si Barcina va en la lista electoral.

24 mayo 2015

El régimen de UPN y PSN pierde las elecciones.

27 agosto 2015

Barcina dimite como presidenta de UPN.

27 septiembre 2015

«Congresillo» para sustituir temporalmente a Barcina. Esparza se impone con claridad a Salanueva, apoyada por los críticos y Miguel Sanz.