Arnaitz GORRITI
RETABET.ES GIPUZKOA BASKET

El panorama ahora pinta un poquito menos desolador

Aparte del triunfo ante Andorra, las derrotas de Obradoiro y Estudiantes beneficiaron a los de Porfi Fisac.

RETABET.ES GBC 83

MORABANC ANDORRA 80


Fue una jornada algo extraña y muy favorable para Retabet.es Gipuzkoa Basket. En Zaragoza, Pere Tomàs suplía la ausencia de Sastre rozando el triple doble –11 puntos, 13 rebotes y 8 asistencias– para que el CAI Zaragoza superase a Estudiantes por 81-62, en el partido número 400 de Javi Salgado en la ACB –para colmo de males, el base de Santutxu acabaría expulsado tras una riña con Bellas–. Asimismo, el Obradoiro ve acentuada su mala situación clasificatoria no solo por su derrota ante Gran Canaria, sino porque su estrella, el polaco Adam Waczynski, se lesionaba la mano izquierda de forma que ya no podrña jugar por lo que resta de campaña.

Pero nada de eso hubiera valido de no haber ganado los de Fisac. Con cinco victorias después de 26 jornadas, Retabet.es Gipuzkoa Basket mantiene la última plaza de la Liga, pero Estudiantes ahora está a un solo triunfo y el panorama no pinta tan desolador, a pesar de que la entrada de Illunbe, solo 3.510 valientes según la nota oficial, sugiera justo lo contrario. Los donostiarras ganaron porque supieron sufrir, después de un mal arranque en el que llegaron a caer 8-18. Supieron salir airosos de un mal partido de Doblas –el de Pedreña se fue con un -5 de valoración–. Y ya en el último minuto, un triple de Landry desequilibraba el duelo para que, en la ruleta de los tiros libres, Urtasun y Llompart certificaran un triunfo que les da la vida.

No fue el mejor partido del mundo, pero sí alumbró al menos el camino que los de Fisac deben recorrer: dureza atrás a pesar sin temer las personales, cerrar como dé lugar el rebote, y compartir mucho y bien el balón en ataque. Hacía muchos partidos que Gipuzkoa Basket no daba 16 asistencias, como ayer. Asimismo, jugadores como Vrkic, Llompart o Agbelese dieron un paso adelante y el mismísimo Morayo Soluade mantuvo el tipo con decoro en los 12 minutos y medio que estuvo en la cancha –hasta la fecha, el joven londinense solo había dispuesto de minuto y medio el día de su debut–.

«Seguir creyendo»

Porfi Fisac se había cansado en las jornadas precedentes de aplicar a sus muchachos el electroshock anímico por no dejarse llevar, por seguir manteniendo la fe en su trabajo diario y sus opciones. Después de que los suyos por fin le respondieron, el segoviano insistía en que la victoria de ayer debe servir para manener la cofianza en sus posibilidades y virtudes.

«Esto nos tiene que servir para coger algo de confianza y seguir un camino que no sé dónde tendrá el final ni hasta dónde seremos capaces de llegar, pero tenemos claro que ni mi equipo ni yo nos vamos a entregar», sentenciaba el preparador de GBC, al que se le veía aliviado.

Y no era para menos, porque cuando Betinho Gomes lideraba a golpe de triple el arranque andorrano, colocando un 8-18 en el luminoso, aquello parecía la repetición de una nueva derrota. Claro que los de Fisac se levantaban del mal comienzo, gracias a los puntos de Urtasun y Grimau, que tuvieron en los triples de Vrkic la necesaria continuación en el segundo cuarto. Andorra, en cambio, pasaba de meter todos sus tripes a atascarse en los 28 puntos, mientras que GBC se iba diez puntos arriba, aunque el descanso el resultado era de 46-44, y un adverso 61-63 al final del tercer período.

Sangre fría

Por fin, GBC acertaba, sumando un 10 de 17 en triples. Pero más allá del acierto, destacaba que esos triples llegaban en el contexto de un partido igualadísimo hasta el final.

El último triple fue el decisivo: Landry desde la esquina para anotar el 78-75 a menos de un minuto. Andorra buscó las faltas para forzar el error local, pero Llompart y Urtasun mantuvieron la sangre fría para ganar, respirar y seguir adelante.