Nico Rosberg (Mercedes), que ya había vencido en Australia, aumentó su ventaja al frente del Mundial de Fórmula Uno al ganar en Bahréin el segundo Gran Premio del año. Además, el Ferrari de Kimi Raikkonen se entrometió en la guerra privada de los Mercedes, con lo que el alemán pudo meter algo más de tierra de por medio respecto a Lewis Hamilton, tercero ayer, que vuelve a ser su principal escollo hacia el Mundial.

Rosberg, subcampeón del mundo los dos últimos años, logró su decimosexta victoria en F1, la quinta seguida –tras ganar las tres últimas carreras de 2015– al anotarse la primera de las tres carreras nocturnas de la temporada, confirmando que este año va muy en serio.

El Gran Premio comenzó muy mal para el alemán Sebastian Vettel (Ferrari), único que hizo frente a los dominantes Mercedes el año pasado y que salía tercero, por detrás de ellos, en la pista del desierto del archipiélago arábigo. Pero a Vettel se le averió el motor de su Ferrari en la vuelta de formación y ni siquiera pudo tomar la salida.

Salida accidentada

Y es que la salida fue muy movida y accidentada. Rosberg, segundo en la calificación del sábado, superó en la arrancada a Hamilton, que firmó en Bahréin su quincuagésima primera «pole» en F1 y minimizó daños, al acabar tercero en carrera.

Con Vettel –tercero en Australia, por detrás de los dos Mercedes– fuera de combate, el finés Valtteri Bottas (Williams), que salía quinto, entró, tras rebasar a su compatriota Kimi demasiado lanzado en la primera curva, en la que desplazó irregularmente a Hamilton, dañando el alerón delantero de su coche y lastrando la actuación del triple campeón mundial inglés.

Sin problemas en la estrategia ni en su monoplaza, Rosberg se impuso sin demasiados agobios, 10 segundos a Raikkonen y medio minuto a Hamilton, al que chafó una tercera victoria consecutiva en Bahréin, igualando su racha de 5 seguidas.