BILBAO ATHLETIC 2

OVIEDO 1

La segunda victoria consecutiva –primera vez que lo consigue en la temporada– permite al Bilbao Athletic agarrarse al clavo ardiendo de los escasos seis puntos que le separan ahora mismo de la permanencia. Máxime cuando esta próxima jornada –sábado, 18.00–, los cachorros rinden visita al Llagoste- ra, en un encuentro a vida o muerte para ambas escuadras que luchan por sobrevivir en la categoría de plata.

Merecidísimo triunfo de los de Cuco Ziganda, que lo dieron todo sobre el verde y fueron superiores a un decepcionante Oviedo, que no demostró para nada su privilegiada posición en la tabla y ni siquiera correspondió al apoyo del millar de seguidores que se desplazó hasta Bilbo. Los locales, que tuvieron que subsanar el grave error de Yeray con el que los asturianos se adelantaron en el electrónico, fueron muy superiores, guiados por la dirección de los talentosos Unai López y Aketxe.

La consecución del triple de los rojiblancos, que de paso ayudan a los intereses de Alavés y Osasuna, incluso pasó por encima de una desacertada actuación tanto del trencilla como de sus ayudantes, desafortunados a la hora de señalizar los fueras de juego de los anfitriones y un penalti a Guarrotxena. El Bilbao Athletic superó todos esos contratiempos para hacerse con tres puntos de oro, demostrando que ya sabe reaccionar ante las adversidades, signo inequívoco del poso que está cogiendo ahora que llegan las jornadas decisivas del torneo.

Merecido revolcón

Solo cuando encajó el 0-1 tuvo momentos de flaqueza que, una vez superados, dejaron paso al fútbol de kilates que atesora el filial rojiblanco. El empate conseguido por Gil pasada la media hora no hizo sino resarcirle de tantos sinsabores pasados y estimular a la escuadra vizcaina camino de una victoria a la que el Oviedo apenas opuso resistencia con su ramplón juego.

El 2-1, en todo caso, se hizo de rogar y no llegó sino a falta de un cuarto de hora, precedido por las acometidas de Unai López y Aketxe, que se manejaron con maestría en las inmediaciones del área visitante. Una llegada de Seguín desde la izquierda, cuyo disparó golpeó en un defensa para despistar a Miño, supuso el meritorio premio al esfuerzo local.