Raimundo Fitero
DE REOJO

Papeles

Doscientos periodistas dedicados a la investigación de diferentes medios de comunicación de medio mundo guardando un mismo secreto durante semanas o meses, es un milagro. Todos coordinados para salir el mismo día, suena a una conspiración. Son los ya famosos “Papeles de Panamá”, una suerte de relato de la poca vergüenza con la que se manejan quienes tienen posibilidades de crear una sociedad mercantil sin actividad, ni empleados, con el único fin de oscurecer, ocultar, sacar de la circulación sus millones de dólares o euros ganados legal o sospechosamente. Da lo mismo.

Esas empresas, esas miles de empresas son el signo de los tiempos, de la doble moral, la confirmación de que las crisis son estafas, y las estafas actividades que se realizan de una manera ritual, sistémica, con demasiadas facilidades institucionales y bancarias. Hay organizaciones dedicadas a estos negocios. Testaferros que cobran una miseria por poner su nombre en cientos o miles de empresas. Grandes bufetes de abogados especializados en estos asuntos, no solamente en Panamá, sino en cualquier esquina de su barrio.  

Y lo peor es la cantinela tan insistente en convencernos de que son legales. ¿Cómo va a ser legal si se ocultan sus nombres, si todo es mentira, si todo es un entramado de irrealidades contables, de movimientos de capitales para que desparezcan del radar impositivo? La lista de los implicados en esta filtración tan interesada nos incita a la desesperanza que debe dar paso a la reafirmación en las convicciones de que estamos rodeados de chorizos en todas las instancias, de que no existe conciencia democrática suficientemente incrustada en los comportamientos cotidianos con el dinero. Estos papeles nos van a entretener un buen rato. Veremos en qué quedan las consecuencias penales de todos estos actos indecentes.