A falta de ocho jornadas para que concluya la liga regular, la categoría de plata se comprime más que nunca, especialmente en lo que a la cabeza se refiere. Veinticuatro puntos todavía en disputa que se antojan todo un mundo si tenemos en cuenta que solo cinco separan a los líderes –Leganés y Alavés– de quien cierra los puestos que dan derecho a disputar el play-off de ascenso, ahora mismo el Alcorcón, que se impuso este pasado fin de semana a los pepineros.

Tanto el conjunto alfarero como el Zaragoza son los dos nuevos conjuntos que en las últimas semanas se han apuntado a la fiesta de pugnar por subir a Primera, junto a un Nàstic que viene desplegando una regularidad envidiable, con solo una derrota en sus catorce más recientes compromisos. La pujanza de todos estos rivales hace que el Alavés –mantiene su privilegiada segunda plaza pese a perder en Girona– no deba descuidarse lo más mínimo si quiere seguir en puestos de ascenso directo.

Los babazorros acumularon su tercera derrota en las últimas ocho jornadas –antes perdieron en Butarque y El Sadar–, lo que, combinado con sus erráticas actuaciones en Mendizorrotza, donde no ganan desde comienzos de febrero, está reduciendo el margen de error. El Oviedo, que parece haber superado la crisis por el relevo en el banquillo, y el mencionado Nàstic ya le pisan los talones al cuadro albiazul, que les aventaja en cuatro puntos, aunque sigue empatado en la cabeza con un Leganés que parecía se iba a comer el mundo, pero que ha sumado tres tropiezos en los seis encuentros más recientes que ha disputado, con una sola victoria a su favor.

Mientras, Osasuna, que ha ido perdiendo fuelle a medida que avanzaba la segunda vuelta, se abona al empate, resultado que ha cosechado en las últimas cuatro jornadas y que en un torneo en el que los triunfos se pagan a tres puntos acaba por penalizarte. Tras su igualada en el Iberostar Estadi, los rojillos se sitúan en su posición más baja de la presente campaña, novenos, a dos puntos de los puestos de play-off.

Volver a ganar en El Sadar

En todo caso, el debe de los de Enrique Martín, que debería apostar por planteamientos más arriesgados ahora que llega la hora de la verdad y ya está cumplido el inicial objetivo de la permanencia, sigue estando en propio estadio. Bien es cierto que la escuadra navarra no pierde en El Sadar desde finales de noviembre, pero no lo es menos que durante todo ese tiempo solo ha obtenido dos triunfos frente a siete empates.

Por la parte de abajo, y aunque matemáticamente todavía hay posibilidades, quien más difícil lo tiene es el Bilbao Athletic, ahora a nueve puntos de la salvación. Los cachorros todavía no se han recuperado del palo que supuso la remontada adversa frente al Llagostera y continúan ostentando el dudoso honor de ser el farolillo rojo. Escapa de los puestos de la quema el Almería quien, con su victoria en Ponferrada, mete en el infierno al Huesca.

Reválida casera para Alavés y Osasuna

Alavés y Osasuna no carburan últimamente en sus estadios, pero este próximo fin de semana volverán a disponer de una nueva oportunidad para invertir la dinámica. El Glorioso recibe a un peligroso Elche, que no pierde fuera de casa desde finales de febrero, habiendo rascado empates meritorios tanto en Leganés como en Iruñea, su última salida.

La buena noticia para el técnico albiazul, José Bordalás, es que podrá disponer de todos sus efectivos de no haber contratiempos a lo largo de la semana. Así, recuperará a Toquero y a Einar, aquejado este último de una rotura fibrilar que le ha mantenido alejado de las últimas convocatorias, y que comenzó ayer a trabajar con el resto de sus compañeros.

Algo similar le ocurre al rojillo Unai García, quien estaría disponible para Enrique Martín de cara al partido que el domingo al mediodía va a disputar Osasuna contra un Valladolid que no está protagonizando una trayectoria liguera acorde a su plantilla. La escuadra navarra necesita ganar ya si no quiere verse descolgada.N.M.