El quinquenio de estos últimos 55 años en que más casos de tortura se produjeron es el que va de 1981 a 1985. Se trata también de los «años de plomo» en que ETA provocó más víctimas mortales (casi 200 en ese lustro). Del mismo modo, cuando menos ejemplos se registran es en las épocas en que su acción armada se ralentiza hasta llegar a desaparecer, primero con el alto el fuego de 2006-2007, luego con el de 2010 y finalmente con el cese definitivo de 2011. En el último tramo analizado, entre 2011 y 2014, se cuentan 23 casos frente a aquellos 1.046 de entre 1981 y 1985 o los 859 del lustro inmediatamente anterior.

Los datos del franquismo lógicamente deben ser puestos en cuarentena, dado que el paso del tiempo hace mucho más difícil la detección y verificación, y por tanto probablemente se registraron muchos más. En cualquier caso, parece difícil que se llegara al pico de entre mediados de los 70 a mediados de los 80; es decir, la fase de los gobiernos de UCD y la primera legislatura de Felipe González (PSOE). Con todo, se constata que esta lacra siguió luego, sin interrupción, en los gobiernos de José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.

Resulta muy curioso cruzar esta secuencia de regímenes y gobiernos con los casos correspondientes a cada cuerpo policial en cada momento. Ahí se concluye que la Guardia Civil –que algunos han definido como «un Estado dentro del Estado»– ha recurrido a esta práctica en todas las épocas, pero con más protagonismo que nunca en la época de Felipe González. Fue cuando el ministro de Interior José Barrionuevo afirmó haber «descubierto a la Guardia Civil», con la que el PSOE históricamente no había tenido muy buenas relaciones. En los gobiernos de González, de 1982 a 1996, Euskal Memoria registra 824 casos de tortura del instituto armado. Es el único periodo de las últimas tres décadas en que supera a la Policía española.

Antes, en el franquismo y el posfranquismo, destacan los más de cien casos atribuidos a la Brigada Político Social, los famosos «secretas», un grupo reducido y destinado específicamente a combatir la oposición al franquismo. Su rastro llega hasta el Gobierno de Calvo Sotelo (1981).

La Ertzaintza, con Aznar

Llegado el Gobierno de José María Aznar en 1996, destaca la proliferación de casos de la Ertzaintza (236 frente a los 82 del periodo de González, que es temporalmente más amplio). Son los años de la kale borroka y la teorización de los «grupos Y» asumida en unas declaraciones por el entonces consejero de Interior, Juan María Atutxa. En términos porcentuales el incremento se ve aún más claro: en la era de González a la Ertzaintza se le atribuye el 5% de los casos de maltratos, pero en la de Aznar salta hasta el 28%.

A nivel estatal, en este periodo del PP los episodios protagonizados por la Policía española vuelven a superar a los de la Guardia Civil, una situación que se mantendrá ya en este siglo XXI en los siete años y medio de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. La frecuencia sigue siendo muy alta en esta nueva era del PSOE, dado que se han verificado 359 casos, casi 50 al año.

Ya con Rajoy, que accede a la Moncloa un mes después de que ETA deje definitivamente la lucha armada, se contabilizan ocho casos, en su mayoría de la Guardia Civil.

Más mujeres entre 2001-2005

El informe introduce también la variable del género en este recorrido. Y con ello constata que el momento en que porcentualmente ha habido más detenciones con torturas a mujeres es reciente: de 2001 a 2005, con 110 episodios verificados (23,7% del total).

En los «años de plomo» la cota se situaba en torno al 15%. En el primer periodo analizado, allá por los 60, apenas aparecen casos de maltratos a mujeres. Y de los últimos 23 detectados desde 2011 hasta la actualidad, 21 han tenido como víctimas a hombres.