Las fuerzas en el oeste de Libia se preparan para avanzar sobre la ciudad de Sirte, tomada por el Estado Islámico (ISIS) el año pasado, después de que los yihadistas consiguieran logros territoriales en la última semana. Los combatientes de la ciudad de Misrata, que antes respaldaban al gobierno islamista de Trípoli y ahora apoyan al gobierno de unidad nacional, reclaman apoyo logístico internacional para ayudar a recuperar la que se ha convertido en la base más importante del ISIS fuera de Siria e Irak, pero indicaron que no esperarán a tenerla. La otra administración, que tiene su base en Tobruk, en el este, y las fuerzas militares aliadas a ella, lideradas por el general Jalifa Hafter, apoyado por El Cairo y Riad, también han dicho que atacarán Sirte, mientras el Gobierno de unidad les pide que esperen a un mando unificado, por temor a una ofensiva descoordinada y una guerra civil. El último en sumars e ha sido el señor de la guerra Ismail Yidran, jefe de la milicia que defiende las instalaciones petroleras, que ha comenzado a tomar posiciones en el este, cerca de las que ocupa la milicia afín a Tobruk.