Solo una semana después de que el régimen sirio celebrara la recuperación de Palmira, incluido un concierto de música clásica en las ruinas de la antigua ciudad, el Estado Islámico (ISIS) infligió un duro golpe al Ejército al cortar la principal carretera que enlaza Palmira con Homs. La ruptura de esta ruta supone el ataque más importante del ISIS desde que los yihadistas perdieron Palmira. Los combatientes del ISIS llegaron a 40 kilómetros al oeste de la ciudad, a 25 kilómetros al este y a tan solo 10 kilómetros al norte y 12 al sur. La situación de los frentes en esta zona desértica cambia continuamente, ya que el ISIS lleva a cabo una táctica de acoso contra el Ejército sirio, al atacar sus puntos débiles y retirarse cuando este contraataca.

Ayer mismo el ISIS lanzó una ofensiva para recuperar el terreno perdido en el pueblo de Maksar al Hosan. Además, afirmó haber derribado un helicóptero del Ejército. En la misma región, una fuente militar afirmó que la aviación bombardeó posiciones del ISIS en torno al campo de gas de Shaer, al noroeste de Palmira, capturado la semana pasada por los yihadistas.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ya reconoció el martes que «la situación es difícil y que el Ejército sirio tiene todavía mucho que hacer» para luchar contra el ISIS y Al Qaeda. Los yihadistas también lanzaron una ofensiva contra la coalición kurdoárabe en el sur de la provincia nororiental de Hasaka.

Por otra parte, en Alepo, el régimen y los insurgentes bombardearon varios barrios durante la noche del martes, a pesar de la frágil tregua temporal que expiraba esta medianoche.