El jefe militar de Hizbulah muere en una explosión en Damasco
El comandante en jefe de la milicia de la organización de la resistencia libanesa, Mustafa Badreddine, murió en una explosión cerca del aeropuerto de Damasco. La misteriosa muerte de uno de los más enigmáticos dirigentes del Partido de Dios es un duro golpe, pero no afectará a su implicación militar en la guerra siria.

Hizbulah se limitó a confirmar la muerte de su líder militar tras una «gran explosión» cerca del aeropuerto internacional de Damasco, una zona considerada segura en comparación con los frentes de guerra que cubren toda la geografía siria. En su comunicado, la organización solo señaló que «estamos investigando para conocer si se trató de un bombardeo aéreo, un misil o un tiro de artillería».
El «número dos» de Hizbulah, jeque Naim Qassem, prometió que «a más tardar mañana (por hoy) daremos detalles sobre el origen de la explosión y sobre sus responsables».
La cadena Al-Manar, propiedad de Hizbulah, indicó que «los enemigos del gran mártir son conocidos, desde los sionistas, los americanos y los takfiris», término que utilizan para designar a los grupos yihadistas o rebeldes suníes.
A nadie le pasó desapercibido que Hizbulah no apuntara directamente a Israel. Sí lo hizo en 2008, con motivo de la muerte en atentado del predecesor en el cargo y cuñado de Badreddine, Imad Moughniyé.
Misteriosa explosión
Una fuente de la seguridad siria aseguró que la explosión tuvo lugar en un almacén cerca del aeropuerto y añadió que nadie sabía que el líder militar de Hizbulah se encontrara allí. Añadió que no se oyó sobrevuelo alguno de un avión antes de la deflagración.
El aeropuerto y sus alrededores están en la zona de Sayeda Zeinab, escenario de atentados y un lugar de peregrinaje chií a diez kilómetros de Damasco y bajo control del Ejército sirio y de la miríada de milicias chiíes a las órdenes de la Guardia Revolucionaria iraní. El frente se halla a siete kilómetros, en la zona rebelde de Ghuta Oriental.
Un veterano activista
Con tan solo 55 años de edad, tenía un largo historial. Badreddine comenzó su periplo guerrillero en el grupo palestino Al-Fatah. Tras la invasión israelí de Líbano se alistó en Hizbulah.
Fue considerado el cerebro del atentado mortal en 2005 contra el ex primer ministro libanés Rafic Hariri en Beirut.
Condenado a muerte como autor de los atentados contra las embajadas estadounidense y francesa en Kuwait (ver infografía anexa) EEUU siempre le ha considerado, asimismo, responsable junto con su primo del atentado contra un cuartel en Beirut que se saldó con la muerte de 241 marines estadounidenses y 59 paracaidistas franceses.
Enterrado con todos los honores y tras un impresionante homenaje popular junto a su cuñado Moughniyé, Hizbulah aseguró que su hasta ayer jefe militar «había dicho hace meses: ‘Solo regresaré de Siria como mártir o trayendo la bandera de la victoria’. Hoy ha vuelto como mártir».
Poco impacto real
Según el experto en Hizbulah Waddah Charara, Badreddine era el responsable de la formación de milicias chiíes en Irak, el enlace de la organización con Irán en el plano militar, además de máximo responsable de las operaciones secretas y de la estrategia sobre el terreno de Hizbulah en Siria.
Pese a ello, los analistas coinciden en que, más allá del innegable golpe simbólico y sicológico que supone la muerte de un veterano y uno de sus principales mandos militares, su desaparición no tendrá impacto alguno sobre el terreno.
«Las operaciones de Hizbulah no descansan en las espaldas de un solo hombre y dependen de toda una red de mando que a su vez está imbricada con el alto mando iraní», señaló Maha Yahya, del Centro Carnegie para Oriente Medio.
«Este asesinato no afectará al Partido de Dios a nivel militar. Otro mando igualmente capaz lo reemplazará», vaticinó, asimismo, Chiara Calabrese, que ha estudiado a la organización de la resistencia libanesa..

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