Dabid LAZKANOITURBURU

Nueva ruta de la seda china (y II)

La más ambiciosa iniciativa geoestratégica de China, económica y política, ha sido bautizada con el nombre de «Una Franja, una ruta (Yi dai, yi lu. One belt, one road en inglés). Incluye la construcción de una franja o cinturón económico desde el interior de China hasta Europa, pasando por Asia Central, y una ruta marítima jalonada de puertos bajo control chino (collar de perlas).

Conocida como la nueva ruta de la seda, debe su nombre a un término popularizado por el geógrafo alemán Ferdinand Freiherr von Richthofen para describir la antigua ruta que, desde el siglo I a.C. y hasta bien entrado el siglo XVI, lideró el comercio mundial entre China y el resto del mundo.

Franja, ruta, Banco Asiático de Inversiones y tratados de libre comercio con todo el mundo aspiran a devolver a China al centro del mundo para 1949, año en que se cumple el centenario de la fundación de la República Popular China.

EEUU

Mirando al mar...

Consciente de que el plan chino es una respuesta al Acuerdo de Asociación Trans-Pacífico (TPP) que Washington ha firmado con casi todo el resto de países de la región, EEUU centra su preocupación en el rearme estratégico de Pekín en el mar de China Oriental. Le preocupan los puertos, no las rutas. &hTab;

 Latinoamerica

El Galeón de Manila

La dependencia latinoamericana de sus exportaciones de materias primas a China y proyectos tan ambiciosos como el Canal de Nicaragua y el proyecto de un ferrocarril entre el Pacífico (Perú) y el Atlántico (Brasil) sugieren una reedición del Galeón de Manila, una ruta de comercio marítimo entre los siglos XVI-XIX entre América Latina y el Lejano Oriente.

 Banco de Inversiones (chino)

«La tercera pata»

Es la tercera pata del proyecto de China. Y va viento en popa. El Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (BAII, en inglés) surgió en 2015 con 100.000 millones de capital inicial. Cuenta con 57 estados miembros, entre ellos Francia y la Gran Bretaña que duda si salirse o no del euro. La City es el mayor centro de cambio del renmimbi. EEUU está que trina

 Adquisiciones en el mundo

«Hambre insaciable de inversiones

Pekín ha anunciado la compra de la agroquímica suiza Syngenta por 43.000 millones de dólares, hasta la fecha la mayor adquisición realizada en el extranjero por una firma del gigante asiático. Pero no es la única e incluye su participación en energéticas como Repsol y General Electric, mineras como Río Tinto, gigantes de ruedas como Pirelli,y bancos como Morgan Stanley.

 Pakistán

«Amistad diamantina»

Así ha bautizado Pekín sus relaciones privilegiadas con Pakistán. Islamabad le ha cedido el puerto baluche de Gwadar a cambio de la hasta hoy mayor inversión china en el extranjero: 46.000 millones de dólares. La política exterior paquistaní ya no es musulmana. Es china.

 Oriente Medio

A buenas con todos

China no quiere líos, ni con su principal proveedor de petróleo (Arabia Saudí) ni con Irán. Líderes golpistas como el egipcio Al-Sissi quieren que China les construya una capital alternativa al congestionado El Cairo. Pekín habla con al-Assad, con los anti-Assad...

 África

«Voracidad china»

Aunque pueda parecer al margen de la nueva ruta, África y sus riquezas son un objetivo central para China. No en vano China busca transferir al continente sus sectores industriales intensivos. Para ello necesita fomentar sus infraestructuras y asegurarlas con su creciente presencia militar.

 Europa

Debilidad dependiente

Europa y sus mercados son el destino final de la nueva ruta de la seda. Y la debilidad de la UE, amenazada por el neopopulismo de derechas y en plena crisis de refugiados, la hace especialmente vulnerable. China ya ha puesto su pica en países debilitados como Grecia y Portugal.

 Rusia

Gendarme de la ruta

Rusia recela del desembarco masivo de China en su «espacio vital» de Asia Central y teme que su Unión Económica Euroasiática con antiguas repúblicas soviéticas quede en nada. Beijing impone a Moscú el precio (contrato gasista en 2014). Rusia aspira ya solo a convertirse en el gendarme que asegure a China la seguridad en su nueva ruta de la seda.

 Asia Central

Juego a tres bandas

Conscientes de la debilidad de Rusia y temerosas de un eventual retorno del expansionismo soviético con Putin, las dictaduras centroasiáticas, lideradas por Kazajistán, han puesto una alfombra roja a Pekín. Pero se niegan a cortar con Moscú y con Washington. Triángulo. estratégico.

 Irán

Socio estratégico

China es el primer cliente petrolero de Irán y tiene gran interés en apuntalar a la República Islámica como contrapeso en Oriente Medio, además de mirar con codicia las posibilidades del hasta ahora embargado mercado iraní. China forzó a Pakistán a no sumarse al frente saudí antichií en Yemen.

China, unproyecto y dos miradas

Dos son las principales líneas de interpretación con las que desde Occidente se encara el incontestable regreso de China al mundo. La primera interpreta las pretensiones de ese inmenso país como una amenaza existencial. Las dimensiones y las cifras de proyectos como la nueva ruta de la seda refuerzan esa visión.

Una visión interesada y que añora aquella edad oscura (colonialismo, guerra del opio, ocupaciones varias...) en la que China yacía postrada.

La segunda visión se congratula por la irrupción china y destaca su papel de contrapunto de EEUU, a sus ojos el verdadero y único satán mundial. Esta segunda visión minimiza, cuando no ignora abiertamente, que estamos ante una potencia que vela por sus intereses, no por los nuestros. Y que sus proyectos geoeconómicos y su poder blando no pueden ocultar que China busca la hegemonía. Como no podía ser de otra forma.

Con su ruta marítima y el refuerzo de su Marina, Pekín busca sortear un eventual bloqueo naval de EEUU en una confrontación a dos. Con su franja en Asia Central y sus intereses en África y Latinoamérica, China busca nichos para su saturada economía, basada hasta ahora en la industria pesada y en la transferencia a esos países de sus sectores productivos intensivos.

Finalmente, al negar que sea una versión china del Plan Marshall, porque no pide contrapartidas políticas, China incurre en una contradicción. Porque tan político es pedirlas como no hacerlo, sobre todo cuando así se apuntalan dictaduras en más de medio mundo.