No son los mejores tiempos en el seno de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que ayer celebró las votaciones para renovar el secretariado nacional de la entidad. Unas elecciones en las que apenas participaron 7.247 militantes, del total de 33.817 socios llamados a votar. Es decir, un 21,4% del censo. Al cierre de esta edición se seguían sin conocer los resultados de las elecciones, que deben servir para renovar el órgano de 77 miembros que dirige la Assemblea y del cual sale el presidente de la entidad.

Hasta el año pasado, la ahora presidenta del Parlament, Carme Forcadell, fue la más votada en las elecciones anuales, por lo que escoger presidenta no fue un problema. El año pasado, sin embargo, empezaron las dificultades. La más votada fue la responsable del área internacional, Liz Castro, pero el secretariado escogió al actual presidente, Jordi Sánchez, a quien sectores de la entidad acusan de haberse alineado a favor de Artur Mas durante el último año, en perjuicio de la imparcialidad de la ANC.

De hecho, son varias las candidaturas críticas que se presentaron a las elecciones de ayer, entre las que constan la propia Castro, el que fuera cabeza de lista de la CUP el 27S, Antonio Baños, y el expresidente de Òmnium Cultural, Quim Torra. Por su parte, Jordi Sánchez aseguró recientemente que solo renovaría su candidatura a la presidencia de la entidad en caso de ser el más votado ayer.