Villalibre rescata un punto para un Athletic que nunca se rinde
El equipo rojiblanco logró empatar en el descuento un partido que tenía perdido al inicio de la segunda mitad al adelantarse Osasuna con dos goles. El empate sirve de poco en la lucha por la Champions, pero la afición del Athletic celebró con alegría el tanto en el descuento.
San Mamés festejó con alegría el empate rescatado en el descuento ante Osasuna. Un punto que sirve de poco para pelear por la Champions, pero demuestra que el equipo no ha bajado los brazos. Si el Atlético se impone al Celta, se alejará a ocho puntos de distancia a falta de tres jornadas. Por su parte, el conjunto rojillo necesitaba recuperar la autoestima después de encadenar cuatro derrotas y ofreció una buena imagen.
Con Valverde y Arrasate sancionados por la roja de la jornada anterior, Jon Aspiazu y Bittor Alkiza se sentaron en los banquillos de Athletic y Osasuna, respectivamente. Fue la principal novedad de una previa del encuentro marcada por el homenaje a Raúl García. El navarro se llevó el aplauso de San Mamés en su último derbi contra el equipo en el que inició su carrera.
Ambos equipos llegaban con numerosas ausencias y los técnicos tuvieron que componer las alineaciones con las piezas que disponían. Así, el Athletic se decantó por Lekue como acompañante de Vivian en el eje de la defensa. El de Deusto ocupó el puesto de central zurdo con Yuri en el lateral izquierdo. El canterano Unai Egiluz se quedaba en el banquillo.
Valverde también se decantó por la experiencia para el resto de posiciones. Vesga y Herrera formaron la pareja del centro del campo, con Nico Williams y Berenguer en las bandas y Muniain en la media punta. El capitán, que también ha anunciado su marcha del Athletic al acabar la temporada, regresaba al once después de mucho tiempo. A su vez, en la punta de ataque empezó Iñaki Williams, aunque los cambios de posiciones entre los jugadores ofensivos fueron constantes.
En Osasuna, el único cambio en la alineación fue la presencia de Torró en el medio campo en lugar del sancionado Moncayola. Torró se colocó por delante de Iker Muñoz e impuso su presencia en los duelos. El conjunto navarro, consciente de que el Athletic siempre empieza atacando hacia la portería del fondo sur, ganó el sorteo inicial y modificó el escenario habitual de los rojiblancos. También dispuso de la primera ocasión. Una mala entrega de Berenguer cayó en los pies de un Rubén García que metió la directa hacia la portería. Sin embargo, antes de encarar a Simón se cruzó Lekue en plan salvador.
La respuesta no tardó en llegar en el otro área por medio de Nico Williams. El extremo se sacó un disparo con una jugada personal y Berenguer no acertaba en el segundo remate.
Nadie conseguía imponerse en el juego y el partido entró en un cúmulo de imprecisiones en el que lo más destacado estuvo en la grada. En el fondo norte sacaron una pancarta contra el racismo y corearon el cántico de la gabarra que entonó Herrera en las celebraciones por el pase a la final de Copa del año pasado.
JARRO DE AGUA FRÍA
Parecía que Osasuna se soltaba con varias aproximaciones, pero el Athletic replicaba de inmediato con un gol anulado a Muniain por un fuera de juego en el comienzo de la jugada de Berenguer. Mientras el equipo rojiblanco se lamentaba del tanto que no subió al marcador, Osasuna sacaba provecho de un despiste en la zaga bilbaina. Mojica ponía un centro por abajo al área que el delantero Raúl García de Haro enviaba a las redes.
El Athletic salió con Villalibre tras el descanso con la idea de dar la vuelta al resultado, pero se llevó un sopapo tremendo al encajar el segundo tanto en un balón en largo. Fallo de Herrera que Rubén García no desperdició al plantarse frente a Simón. El conjunto local se despertó al recortar la diferencia Williams y movió el banquillo para buscar la remontada. Alkiza reaccionó rápido parando el ritmo con sustituciones y al Athletic le costó romper esa dinámica. El equipo bilbaino se fue volcando sobre la portería visitante y, a base de empuje, Villalibre acabó logrando el empate tras un fallo de Sergio Herrera. El de Gernika casi firma la remontada en la última jugada.