M.I.
MÁS ALLÁ DE LAS MONTAÑAS

Un triángulo amoroso dibuja el cambio chino

Oportuno estreno de la última realización del maestro Jia Zhang-ke, coincidiendo con la celebración del festival de Cannes, porque fue allí dónde en la pasada edición “Shan he gu ren” dividió a la crítica con posiciones opuestas muy extremas entre los que llegaron a decir que se trata de su máxima creación y quienes, por el contrario, opinaban que es su trabajo más fallido. Semejante confrontación se debe a la disparidad con respecto al acto final de la película, el tercero de los tres de que consta.

Guste o no guste, la tercera parte en cuestión es totalmente coherente con lo que el genio de Fenyang quiere contar. Si la conclusión es tan melodramática es por motivo de la censura, puesto que tuvo muchos problemas en China con su anterior “Un toque de violencia” (2013). Y esta vez se sirve de un planteamiento sentimental, mediante el dibujo de un triángulo amoroso, para describir el proceso de transformación de la sociedad china del comunismo al capitalismo. Su actriz fetiche y pareja Tao Zhao ha de elegir entre el pretendiente obrero y el empresario, decidiéndose por el segundo. Y de esa relación nace un hijo que se llama Dollar, que acaba viviendo con su padre en Australia, alejado de sus raíces.