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VIENA

Victoria ajustada de Van der Bellen en las presidenciales austriacas

Finalmente, el voto por correo dio una ajustada victoria a Alexander Van der Bellen en las elecciones presidenciales de Austria, pero no ocultó la división de la sociedad austriaca y la implantación de la extrema derecha. Los aliados del FPO en Europa vieron su buen resultado como el preludio de nuevos triunfos.

El ecologista Alexander Van der Bellen consiguió ganar las elecciones presidenciales frente al ultraderechista Norbert Hofer, en un ajustado resultado inclinado finalmente por el voto por correo. Pero el resultado no oculta el éxito de las posturas de Hofer en la sociedad austriaca, donde uno de cada dos electores votó en la segunda vuelta por el FPO. Con el 50,3% de los votos, Van der Bellen, exlíder de los Verdes de 73 años, venció a su adversario por 0,6 puntos (Hofer obtuvo el 49,7%), es decir solo 31.026 votos. Casi 750.000 electores, el 16,7% de los votos emitidos, votaron por correo y cambiaron el triunfo de Hofer en el voto directo depositado en las urnas.

«Les agradezco el apoyo. Estoy triste hoy», señaló Hofer en Facebook. Pero aseguró que «los esfuerzos desplegados en esta campaña no están perdidos. Son una inversión para el futuro».

De hecho «el muy buen resultado» de Norbert Hofer «anuncia éxitos futuros» en Austria y «en otros lugares del mundo» para la extrema derecha, según predijo el Frente Nacional francés, también en ascenso y que aspira a ganar las presidenciales de 2017. El codirigente de la ultraderecha alemana AfD Frauke Petry, que siguió la segunda vuelta desde Viena, vio en el resultado «la prueba de que se abre una nueva era en Europa.

Matteo Salvini, líder de la Liga Norte italiana, aliado del FPO y del FN en el Parlamento Europeo, saludó «el aire de libertad» que sopla en Europa. También el líder del PVV neerlandés aplaudió el resultado de Hofer y su partido. Mientras, los líderes europeos de partidos tradicionales dijeron sentirse «aliviados» por el ajustado triunfo de Van der Bellen.

Hofer, imagen amable de la derecha xenófoba, basó su discurso en el poder adquisitivo y moduló los mensajes xenófobos más estridentes que habían caracterizado al partido en el pasado. Sedujo a la mayoría de los votantes masculinos (54%) y a los que carecen de estudios secundarios (58%). El voto trabajador también fue mayoritariamente hacia el FPO (71%). Van de Bellen, por su parte, atrajo más al electorado joven (56%) y a los mayores de 50 años (51%).

En la primera vuelta el candidato ultraderechista obtuvo hasta 14 puntos de ventaja sobre Van der Bellen. En la segunda, este se ha beneficiado de una fuerte participación electoral (72,7%) y de votos de los partidos tradicionales, el socialdemócrata SPO y el conservador OVP, que gobiernan el país desde 2007 y sufrieron una histórica derrota en la primera vuelta. El futuro jefe de Estado austriaco, que asumirá sus funciones, esencialmente protocolarias, el 8 de julio, se ha comprometido a ser «un presidente por encima de los partidos» para representar «en toda su diversidad» a un país que las elecciones han mostrado dividido. El FPO ya gobernó en los años 2000 en coalición con los conservadores y ha aumentado su presencia gracias a su plasticidad ideológica. Gobierna en coalición con los socialdemócratas en el Estado austriaco de Burgenland. También en Noruega, Dinamarca o Finlandia partidos de ultraderecha participan en coaliciones que apoyan al poder o en los propios gobiernos. Y todos miran hacia el Fidesz de Victor Orban en Hungría o al PiS en Polonia.

Pero su éxito no se limita a los resultados electorales. Incluso con las derrotas, sus ideas calan e imponen los temas a debate y su visión de la sociedad al resto de formaciones.

Polonia podría burlar un aviso de Bruselas

El Gobierno polaco negocia con la Comisión Europea para evitar recibir un aviso por la situación del Estado de Derecho en Polonia. La Comisión había fijado el 23 de mayo como fecha límite para que Varsovia respondiera a sus preocupaciones sobre la reforma del Tribunal Constitucional. Las conversaciones continuaban ayer por la noche, según una portavoz de la Comisión. Bruselas había advertido de que «en tanto el Tribunal Constitucional polaco se vea impedido para proceder a un verdadero control constitucional, no puede haber una vigilancia efectiva de la conformidad de los actos legislativos con los derechos fundamentales». El primer ministro polaco, Beata Szydlo, replicó entonces afirmando que su gobierno «no cedería nunca a un ultimátum» y el Parlamento instó al Gobierno a «oponerse a cualquier actividad dirigida contra la soberanía del Estado». Más de 240.000 personas se manifestaron el 7 de mayo en Varsovia para «preservar el lugar de Polonia en Europa», que, a su juicio, está amenazado por la política del partido conservador PiS. La publicación de la advertencia de la Comisión constituiría un nuevo paso en el proceso iniciado contra Varsovia, que, como último recurso, puede acabar en una suspensión del derecho de voto en el Consejo de la UE. GARA