GARA
IRUÑEA

La CEN pone en marcha un plan piloto con el objetivo de mejorar la competitividad

La patronal navarra presentó ayer en público su nuevo modelo empresarial, al que vistió de «plan piloto» y con el que pretende mejorar la competitividad de las compañías «a través de las personas», afirmó.

Fue el presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN), José Antonio Sarría, el encargado de anunciar la puesta en marcha de un programa piloto en doce empresas del herrialde que tiene como finalidad mejorar la competitividad a partir del «capital humano».

El plan –que fue presentado ayer en Iruñea en un acto al que asistieron, entre otras personalidades, la lehendakari Uxue Barkos y el presidente de la patronal española CEOE, Juan Rosell– nace con vocación de extenderse una vez que su aplicación sea evaluada dentro de un año.

«Mejorar la competitividad es trabajar para el futuro», manifestó Sarría en su intervención de clausura de la reunión anual de la Junta Directiva de la CEN, en la que, como recogió la agencia Efe, subrayó también que «el empresario no es el enemigo y eso es algo que en esta crisis lo hemos visto con claridad». De esta forma, el presidente de la CEN apostó por dar un giro a la «productividad anticíclica» que, a su juicio, tiene el Estado español con creatividad, flexibilidad, colaboración, crítica constructiva y formación, por «poner en valor el capital humano» y establecer unas relaciones laborales basadas en «el diálogo y la participación permanente» para favorecer el consenso frente al conflicto.

Uxue Barkos, por su parte, comentó que elevar la productividad y mejorar la competitividad requieren estrategias de éxito y la mejora continua de los servicios y procesos, y que para todo es «fundamental» la preparación de las personas.

Productividad y salarios

La lehendakari apostó por la recualificación y el reciclaje de los trabajadores, el papel decisivo de los directivos, una «estrecha colaboración» entre agentes implicados, formación para hacer frente a la cuarta revolución industrial que afectará «a todos los sectores», un marco laboral «atractivo, motivador», calidad en el empleo, y recursos públicos para dar apoyo, lo que implica un «esfuerzo» fiscal.

En su opinión, se trata de dar «confianza» y, al mismo tiempo, de lograr «implicación y compromiso» para mejorar la competitividad a través de un aumento de la productividad y no del descenso de los salarios.