Iñaki ZARATIEGI
MÚSICA

Medio siglo de canciones

La cadencia de Benito Lertxundi Esoain manda que cada salida a la capital coincida con nuevo disco. El martes no había novedad discográfica, pero sí una noticia mayor: el Ayuntamiento de Donostia le otorgaba el Adarra Saria, que en años anteriores fue para Mikel Laboa y Ruper Ordorika. El reconocimiento a la trayectoria del veterano intérprete (74 años) se celebró en un repleto Victoria Eugenia y con el alcalde Eneko Goia otorgando al cantante la escultura creada por la navarra Marijose Recalde.

Benito y grupo ofrecieron 22 canciones y momentos instrumentales, en una nueva muestra de finura artística. Abrieron sesión títulos del último álbum: “Gu bizi bezainbat”, “Nintzenaz oroitzean”, “Laket dut” y “Suaren bila”, intercalados por el hondo “Udazken koloretan”. Sentimientos profundos, casi trascendentes, significativamente rotos por la alegría rítmica de la primera novedad, a la que seguirían títulos inéditos con textos propios, del luso Fernando Pessoa, del argentino Jorge Bucay o de Jon Maia, quien se trajo de su escapada a Ternua el poema “Kimu bat zuhaitzean”, musicado en clave de himno country.

Interpretada también la obligada “Baldorba”, el capítulo final agrupó “Oi ama Euskal Herri”, “Jaun baruak”, “Mirotzak”, “Iluna denerako”, “Zenbat gera”, “Bizkaia maite” y “Nere herriko neskatxa maite”. Entremedio, las dos voces femeninas regalaron “Bizirik gaudelako”, compuesto en pro de la ikastola oriotarra. Un celebrado homenaje a las bodas de oro artísti cas del noble intérprete costero.