Martxelo DÍAZ
IRUÑEA

La Marcha de Noain recordó al mariscal Pedro de Navarra

La marcha que anualmente recuerda a los soldados navarros que en 1521 lucharon en la batalla de Noain para recuperar la perdida independencia del reino, reconoció ayer especialmente la figura del mariscal Pedro de Navarra, que fue apresado por los castellanos en 1516 y se mantuvo fiel a sus reyes pese a las promesas de libertad.

La figura del mariscal Pedro de Navarra fue la protagonista principal de la edición de este año de la Marcha de Noain. No en vano se cumplían 500 años desde que el mariscal fuera apresado por las tropas castellanas mientras trataba de recuperar la independencia perdida por el reino navarro apenas cuatro años antes y fuera paseado encadenado por las calles de Iruñea .

La marcha partió desde el monumento que recuerda a los resistentes navarros que en 1521 trataron de que el reino volviera a ser libre y que fue creado por el escultor Joxe Ulibarrena en Getze. A diferencia de otros años, ayer el calor brilló por su ausencia, haciendo la caminata hasta la capital navarra más liviana. En la plaza de los Fueros hicieron un alto en el camino, para después de recorrer varias calles de Alde Zaharra, llegar a la plaza de los Burgos.

En ese punto, se pudo ver al mariscal Pedro de Navarra encadenado, del mismo modo que fue paseado por los castellanos por las calles de Iruñea cinco siglos atrás. Sin embargo, ni este trato ni las ofertas de libertad si renegaba de su juramento de lealtad a los reyes navarros Juan de Albret y Catalina de Foix, consiguieron que el mariscal cediese en su compromiso con la libertad navarra.

Este fue uno de los puntos que subrayó Koldo Viñuales, presidente de Irujo Etxea de Lizarra y encargado de leer el pregón de ayer, al repasar la trayectoria vital del mariscal Pedro de Navarra.

Viñuales recordó que el mariscal lideró en 1516 un intento de recuperar militarmente el reino perdido, después de que fracasara la vía diplomática ante la cerrazón castellana y aragonesa. Al frente de 1.200 hombres, entró en Nafarroa por Zaraitzu y Erronkari, pero una nevada en Burgi bloqueó la expedición navarra y el mariscal fue apresado por las tropas castellanas.

La ofensiva de Pedro de Navarra se completaba con otra columna que dirigió el propio rey Juan de Albret hacia Donibane Garazi y otra del vizconde de Baigorri que debía ocupar Orreaga. En total, participaron 10.000 hombres de armas.

El mariscal fue llevado preso a la fortaleza de Atienza y en 1518, el rey español Carlos I le hizo una oferta de perdón a cambio de jurarle fidelidad. El mariscal se negó. Fue trasladado a la prisión de Simancas, donde, en noviembre de 1522 fue encontrado degollado mientras su hijo luchaba en la fortaleza de Hondarribia.

En 1516, hace 500 años, también se registraron las muertes de los reyes Fernando de Aragón –llamado «el Falsario» o «el Católico», según el punto de vista– y del navarro Juan III de Albret en el castillo de Esgoarrebaque (Bearn), la destrucción de los castillos que defendieron Nafarroa por orden del cardenal Cisneros y la deportación de los musulmanes riberos hacia Andalucía.