El ISIS mata a 165 personas en un ataque a una heladería en Bagdad
El número de muertos por el masivo atentado perpetrado contra una heladería del barrio bagdadí de Karrada ascendía anoche a 165, según informó el Consejo Provincial de Bagdad a la agencia INA. Uno de los ataques más sangrientos de la historia de Irak dejó también unos 200 heridos, muchos en estado crítico.

La terrible explosión tuvo lugar concretamente en torno a la medianoche del sábado, cuando los transeúntes se encontraban de compras en plena celebración del ramadán. En ese momento estalló un camión-frigorífico repleto de explosivos y metralla que arrasó la zona por completo en uno de los dos atentados que sacudieron la capital iraquí en las últimas horas.
Un segundo atentado, contra un mercado del barrio también chií de Al Shaab, en el norte de la capital iraquí, causó al menos dos fallecidos.
Los servicios de rescate adelantaban que la cifra de muertos va a aumentar ya que todavía quedan cuerpos por extraer bajo los escombros del edificio, completamente devastado.
El Estado Islámico (ISIS) ha asumido la responsabilidad del ataque perpetrado poco más de una semana después de que las fuerzas de seguridad iraquíes declararan la liberación de Falujah, tras expulsar de la ciudad al grupo armado yihadista. Pese a los avances de las fuerzas iraquíes y sus aliados ante el ISIS, al que han arrebatado ciudades como Ramadi y Hit, el Estado Islámico continúa llevando a cabo numerosos atentados lejos de las líneas de frente.
El ataque tuvo lugar en una calle comercial del barrio de Karrada, donde muchas personas suelen hacer sus compras antes de la fiesta del final del ramadán. El establecimiento atacado es la tienda de helados Yabar Abu al Sharbat. Esta heladería es la más popular y antigua de la capital iraquí y estaba muy concurrida de madrugada debido a que durante el ramadán, y más en verano, es habitual prolongar las noches en la calle a la espera del suhur (última comida antes del amanecer).
«Concentración de renegados»
En esta ocasión, el ISIS asumió la autoría en un comunicado firmado por Wilayat Bagdad (Provincia de Bagdad) y difundido en las redes sociales, en el que aseguró que el objetivo eran los chiíes. «En el marco de las permanentes operaciones de seguridad de los soldados del califato en la ciudad de Bagdad, el hermano muyahidín (guerrero santo) Abu Maha al Iraqui logró hacer estallar su coche-bomba en una concentración de renegados (chiíes)», se indica en la nota. El comunicado yihadista advirtió de que «con el permiso de Dios proseguirán los ataques de los muyahidines contra los renegados».
Hasta Al Karrada se desplazó el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, quien afirmó que «los terroristas, después de haber sido aplastados en los campos de batalla, cometen ataques con explosivos en un intento desesperado». Prometió castigar a «las bandas terroristas que perpetraron el atentado» y mostró su confianza en que «la victoria está muy cerca», según indicó su Oficina de Información.
La población de Al Karrada recibió muy enfadada la visita del jefe del Gobierno, al que culpan de no proteger a los civiles de las acciones de los yihadistas. Decenas de ciudadanos lanzaron piedras y zapatos al convoy de Al Abadi e increparon al responsable al grito de «vete».
El primer ministro Al Abadi declaró tres días de luto oficial en todo el país para honrar a las víctimas. Por su parte, el presidente del Parlamento iraquí, Salim Yaburi, condenó en un comunicado estos ataques «criminales y cobardes». Además, pidió a los servicios de seguridad «tomar precauciones y no dar la oportunidad al terrorismo a que aproveche las circunstancias del país, que libra una guerra contra la organización terrorista Daesh (acrónimo en árabe del ISIS)».
Crítica al Gobierno
Asimismo, la Comisión de Seguridad en la gobernación de la provincia de Bagdad, que condenó también los atentados, criticó en una nota a las fuerzas de seguridad por no haberlos impedido. Estos ataques son, a ojos de muchos bagdadíes, una muestra de la incapacidad del Gobierno de tomar medidas eficaces, pese al apoyo de la coalición internacional que entrena a las tropas iraquíes en la lucha antiyihadista. Se cuestiona, entre otras cosas, la eficacia de los detectores de explosivos y de los controles para entrar a la capital. Muchos estiman que la verificación de los documentos de identidad y de los vehículos se realiza de forma superficial.
Los ataques han aumentado en los últimos meses en Bagdad, coincidiendo con retrocesos en el campo de batalla de los yihadistas. El pasado 11 de mayo, el ISIS mató a 93 personas y dejó heridas a más de 160 en tres atentados perpetrados en dos barrios de mayoría chií y otro suní en Bagdad. Seis días después, 45 personas fallecieron en una ola de atentados en la capital, mientras que el 9 de junio una veintena pereció cuando un kamikaze al volante de un coche bomba detonó explosivos en el barrio de Nuevo Bagdad.
Desde el movimiento chíi libanés Hizbulah hasta la Casa Blanca, pasando por la ONU, condenaron el atentado. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo un llamamiento para que ataques como ese no sirvan para «extender el miedo y socavar la unidad del país».
«Esta masacre nos insta a elevar nuestra voz contra las potencias regionales que están tras esta clase de acciones para provocar miedo y caos en el seno de nuestra sociedades árabes e islámicas», afirmó Hizbulah.
«Seguimos unidos con el pueblo y el gobierno iraquíes», manifestó Washington.

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