Los refugiados que permanecen atrapados en Serbia, Macedonia, Bulgaria y Hungría a raíz del cierre de la «ruta de los Balcanes» en marzo siguen siendo víctimas de violencia, en ocasiones cometida por actores estatales, alertó Médicos Sin Fronteras (MSF), que negó que la dramática situación humanitaria se haya resuelto con el cierre de fronteras, como sugieren algunos líderes políticos, ya que miles de personas siguen varadas.

Advirtió de que las políticas de la UE han contenido el flujo de refugiados a costa de que «miles de personas han quedado abandonadas a su suerte y sin visibilidad, mucho más expuestas a la violencia, la miseria y la desesperación» y destacó la situación en Serbia. «Desde el cierre de fronteras, hemos notado un fuerte aumento de pacientes con señales abusos y con traumatismos físicos producto de la violencia ejercida contra ellos» apuntó MSF, que señaló a las autoridades de Hungría.