Amaia U. LASAGABASTER
CICLismo

Van Avermaet redondea su año con el oro más cotizado

El corredor flamenco se la jugó con Jakob Fuglsang en los últimos metros de una carrera durísima y espectacular.

Espectacular, durísima, repleta de alternativas, disputada, con protagonismo de grandes nombres del pelotón y con tensión hasta los últimos metros. Ni el más sibarita de los aficionados pudo encontrar algún pero, cuestiones televisivas al margen, a la prueba en ruta de Rio.

Es difícil recordar unos metales más cotizados que los que se pusieron en juego en los complicadísimos 253 kilómetros de recorrido, trazado sobre dos circuitos. Más suave la primera parte, aunque también con media docena de dificultades, además de un tramo de pavés, que multiplicaron el desgaste; durísimos los últimos cien kilómetros, con tres ascensiones a Vista Chinesa y otros tantos descensos, que acabaron siendo igualmente relevantes. Al dibujo, que ya se sabía duro, se le unió el calor y, sobre todo, el trabajo de los propios ciclistas. Con los favoritos dando la cara y los bloques, al menos buena parte de ellos, cumpliendo también con su trabajo. No quedó el más mínimo resquicio para la sopresa: era un día reservado para corredores sobresalientes y en un óptimo momento de forma.

Y así fue. No solo en el podio. Entre los treinta primeros, se pueden contar con los dedos de una mano los corredores sin palmarés y/o que no se hayan hecho notar en las grandes carreras esta temporada, sobre todo en el pasado Tour. Empezando por el vencedor, un Greg Van Avermaet que ha coronado su mejor año con una de esas victorias que validan toda una carrera. No solo porque entra el reducidísimo grupo de los campeones olímpicos, sino sobre todo porque lo hace con una carrera difícilmente repetible.

La lista de abandonos es casi igual de impresionante. Poels, Dumoulin, Porte, Tony Martin, Kiryenka, Boasson Hagen, Pantano, Urán, Barguil, Cummings..., además de los tres representantes vascos Imanol Erviti, Ion Izagirre y Jonathan Castroviejo. Algunos porque no dieron más de sí, otros porque completaron su cometido y no pocos porque se fueron al suelo, en una jornada en la que los sustos se multiplicaron. Incluyendo uno de los peores, la alarma, finalmente infundada, que llevó a los artificieros del ejécito a explotar una mochila sospechosa junto a la línea de meta, apenas hora y media antes de que llegasen los corredores.

Tampoco faltaron los estrictamente deportivos. Que llegaron a forzar el abandono del corredor que, posiblemente, partía con la vitola de favorito número uno y que además fue reforzando su condición conforme fue restando kilómetros a meta. A apenas doce, en el último descenso, se iba al suelo Vincenzo Nibali junto a Sergio Henao, cuando componían el grupo de cabeza junto a un Rafal Majka que tampoco ganó, aunque durante unos cuantos minutos pareció que iba a hacerlo.

Un buen movimiento de Italia había propiciado esa fuga algunos kilómetros antes. En la primera ascensión a Vista Chinesa, con la fuga inicial –Kwiatowski, Kotchetkov, Pantano, Geschke...– en sus últimos estertores, Damiano Caruso saltó del grupo de favoritos, llevándose a Van Avermaet, Thomas, Taaramae o Henao, mientras Castroviejo tomaba la responsabilidad en el grupo principal. No le sirvió de mucho a su equipo –aunque Joaquim Rodríguez pudo despedirse del ciclismo con un diploma olímpico– porque, una vuelta después, Aru y Nibali también saltaron en busca de su compatriota y acompañados de otros corredores de renombre, para acabar formando un grupo de cabeza que incluía a Majka, Adam Yates, Zeits o Fuglsang y del que, ahora sí, iban a salir las medallas.

Parecieron claras en la última ascensión, cuando Nibali protagonizó el golpe definitivo, llevándose a Henao y Majka. Pero el polaco fue el único que sobrevivió al complicado descenso, para llegar a la interminable recta de Copacabana con diez segundos sobre sus perseguidores. Van Avermaet y Fuglsang no se conformaron con pelear por la plata, aceleraron para dejar a sus compañeros de grupo y atrapar a Majka a dos kilómetros de meta y acabaron jugándose mano a mano un oro que se colgó el flamenco.

 

Demasiadas favoritas para la sorpresa

El ciclismo en ruta vive hoy su segunda jornada en Rio con la prueba femenina. Un trazado exigente, como el de ayer, y un buen puñado de favoritas apenas dejan espacio a la sorpresa.

El recorrido es una versión abreviada del masculino. Serán 141 kilómetros para las mujeres pero no faltarán ni el pavés, ni las ascensiones, ni el calor para las 65 participantes, entre las que no faltará una corredora euskaldun, Ane Santesteban. Que, además de correr en solitario –la selección española no tendrá más representantes en la línea de salida–, tendrá que hacer frente a selecciones potentes y nombres ilustres, de entre los que debería salir la sucesora de la gran Marianne Vos.

La propia corredora holandesa se ha fijado como principal objetivo del curso doblar el oro de Londres, tras haber puesto fin la pasada primavera a un año en el dique seco. Y no le ha ido mal. Aunque su temporada, como la de todas las demás, palidece ante la que viene firmando Megan Guarnier, indudablemente la ciclista a batir. La corredora estadounidense, número uno de la UCI, está firmando el mejor año de su carrera, con victorias que van desde la Emakumeen Bira hasta el más reciente Giro, pasando por el Tour de California. Corredora completa, su punta de velocidad en grupos reducidos aumenta su favoritismo.

El trío de principales candidatas al oro lo cierra el nombre de la polémica, el de Lizzie Armitstead. La campeona del mundo se ha hecho con el billete sobre la campana y después de que el TAS le haya librado de una sanción de cuatro años por no haberse presentado a tres controles antidoping en el plazo de un año, tal y como denunció la Agencia Antidopaje del Reino Unido. Ni la decisión han sentado bien, ni las explicaciones de la británica han convencido a un pelotón en el que la voz más crítica ha sido la de Pauline Ferrand-Prévot, que ha calificado el caso de «absoluta vergüenza».

Pero Armitstead estará hoy en Río y cerrará el primer grupo de favoritas, solo un peldaño por encima de Ashleigh Moolman-Posio, Anne Van der Breggen, Elisa Longo-Borghini, Katerzyna Niewiadoma o la sempiterna Emma Johansson que, aunque finalmente correrá un año más, admite que no se ha retirado todavía por la «espinita» que tiene clavada con los Juegos.A.U.L.